Gana la guerra interior | Joel Osteen

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Gana la guerra interior

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Existe una guerra interior que se libra en el alma de cada creyente, una batalla constante entre la carne (la naturaleza carnal) y el espíritu. La clave para una vida cristiana victoriosa y para alcanzar el destino que Dios ha preparado reside en ganar esta guerra. El pastor Joel Osteen subraya que debemos ser expertos en este conflicto, entendiendo que el adversario más peligroso reside en nosotros mismos y debe ser removido del trono.

I. El Dictado de la Carne: El Enemigo Interior que Gobierna

La carne representa nuestra naturaleza carnal, manifestándose en celos, orgullo, concesiones y la tendencia a tomar el camino más fácil y cómodo. La Escritura describe a la carne como un dictador que toma todas las decisiones, diciéndonos qué hacer y cuándo hacerlo.

La Opresión de la Carne:

  • Busca la Gratificación Instantánea: La carne quiere comodidad, la salida fácil, y gratificación inmediata (como comer postre sin pensarlo o dormir la tarde sin ir al trabajo).
  • Impulsa a la Negatividad: Si alguien es grosero, la carne dicta ser grosero de vuelta. Si nos quedamos atascados en el tráfico, la carne ordena enojarse, arruinando el día. Si somos ofendidos o excluidos, la carne exige resentimiento.
  • Obstaculiza el Propósito: Si el creyente sigue cediendo al dictado de la carne, no morirá físicamente, pero sus sueños morirán, sus relaciones no florecerán, y sus dones no surgirán como deberían. La carne no lleva a ningún lugar productivo.

II. La Batalla Constante: Despojarse del Viejo Hombre

Es un error pensar que, al entregar la vida a Cristo, la lucha termina. Aunque usted se convierte en una nueva creación y “lo viejo ya pasó”, el viejo hombre (nuestra naturaleza anterior) puede resucitar.

El conflicto entre la carne y el espíritu nunca desaparecerá; es una batalla que durará toda la vida, incluso para héroes de la fe como Pablo. Por ello, el apóstol Pablo dijo: “Cada día muero”.

Jacob vs. Israel: La Doble Identidad

Esta lucha constante se ilustra bíblicamente a través de Jacob, cuyo nombre significaba engañador/estafador, y su nuevo nombre, Israel, que significa príncipe ante Dios.

  • El Jacob Resucitado: Aunque Dios cambió el nombre de Jacob, la Escritura sigue alternando entre Jacob e Israel, mostrando que el viejo hombre no desaparece totalmente. El viejo hombre (Jacob) quiere quejarse, guardar rencor, discutir y ser contencioso.
  • La Elección Diaria: Cada mañana, el creyente debe elegir: “¿Voy a ser Jacob hoy, quejándome y frustrándome, o voy a ser Israel (el príncipe), agradecido y en paz?”.

III. Estrategias para Destronar la Carne y Caminar en el Espíritu

La única forma de que la carne salga del trono es si se la saca por la fuerza. Esto no será fácil, especialmente cuando se exige perdón o paciencia, pero es esencial para la renovación espiritual.

1. La Disciplina del Negarse

El camino en el espíritu implica hacer lo correcto cuando es difícil.

  • Negarse la Gratificación Instantánea: Ser disciplinado no es agradable en el momento, pero después se cosechan cosas buenas. Esto incluye negarse a ceder a la tentación, levantarse temprano para trabajar, o alejarse cuando alguien es grosero.
  • Matar de Hambre al Viejo Hombre: No puedes dejar que la carne diga lo que quiera o alimentarla con celos, amargura o concesiones. La razón por la que el viejo hombre nos controla es porque lo seguimos alimentando; si se empieza a matar de hambre lo negativo, se debilitará.

2. Dejar el Pasado Atrás (Despojarse y Vestirse)

El creyente debe continuamente “despojarse del viejo hombre” (el orgullo, la amargura, las concesiones) y “vestirse del nuevo”.

  • Identidad y Autoridad: El viejo hombre no es tan fuerte como cree. Usted tiene el poder de vencer. El creyente debe pararse firme y declarar: “Ya no me controlas. Te he sacado del trono. Yo camino por el espíritu y no por la carne”.
  • Atención al Verdadero Enemigo: A veces, las luchas persistentes (como la impaciencia o un mal genio) son permitidas por Dios. Si Dios no quita una tentación o un deseo, es porque Su gracia está allí para mantenerle fuerte y afrontarlo.

3. La Paciencia como Oportunidad de Crecimiento

Las frustraciones diarias son oportunidades para que el creyente crezca. El conflicto con los demás es usado por Dios para cambiarnos.

  • El Reto de la Paciencia: Ante la impaciencia (como esperar a alguien que se tarda), el creyente debe ver la situación no como una molestia, sino como una oportunidad para crecer y ser más paciente.
  • Responder como Israel: El creyente debe tomar la decisión consciente de ser Israel (el príncipe) en situaciones de conflicto o frustración (ej. un servicio de autoservicio mal atendido). La elección es entre vengarse (Jacob) o ser amable y bendecir al otro (Israel).

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