Dios Desea Sanar Tu Corazón Roto y Tu Tristeza
La vida está llena de pesares, problemas y perplejidades. Una de las preguntas más profundas que enfrenta la fe es si Dios es suficiente. Si bien todos sabemos que Dios es necesario y que sin Él no existiríamos, el verdadero desafío surge cuando Dios permite el dolor.
El libro de Job aborda esta pregunta crucial. Job, un varón perfecto, recto, temeroso de Dios y apartado del mal, era el más grande de todos los orientales. Poseía gran riqueza material (7,000 ovejas, 3,000 camellos) y una gran familia (siete hijos y tres hijas).
El Desafío de Satanás: ¿Acaso Teme Job a Dios de Balde?
Satanás, el acusador de nuestros hermanos, apareció junto a los hijos de Dios ante Jehová. El diablo, lleno de mentiras, sospechaba de los motivos de Job. Su argumento fue: Job ama a Dios porque ha sido sobornado.
Satanás desafió a Dios, insinuando que el amor de Job era condicional y dependía de las bendiciones materiales que Dios le había proporcionado, como una cerca protectora alrededor de su casa y sus bienes.
Satanás argumentó: “Extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia”.
Esta clase de amor, basada en lo que se recibe (te amo porque eres linda, te amo porque provees), es la más débil, ya que puede desaparecer si el cónyuge pierde su trabajo o su belleza. Satanás no creía que nadie pudiera amar a Dios simplemente por quien Dios es.
Dios aceptó el desafío, permitiendo a Satanás tocar todo lo que Job poseía, pero guardando la vida de Job. El propósito de esta prueba no era demostrar que Job caería, sino demostrar su fe inquebrantable.
Tres Preguntas para Medir la Fe (Como la de Job)
El libro de Job nos enseña que Dios no solo es necesario, sino que es suficiente para que confiemos y le amemos en medio de cualquier problema. Si usted puede responder afirmativamente a las siguientes tres preguntas, tiene la misma clase de fe que Job:
1. ¿Puede Confiar en Dios Cuando Está Sumergido en Sufrimiento?
La fe de Job fue puesta a prueba mediante una pérdida triple e industrial:
A. Pérdida Financiera
Job era un ranchero acaudalado. En un instante, los sabeos acometieron, tomando sus bueyes y asnas y matando a los criados a filo de espada. Su fortuna se desvaneció, quedando en la quiebra de la noche a la mañana.
B. Pérdida Familiar
Inmediatamente después, un gran viento (se puede decir que fue un tornado de la mano de Satanás) azotó la casa donde sus diez hijos e hijas comían, y murieron todos. La casa completa se desplomó, arrebatándolos a la eternidad.
C. Pérdida de la Salud y la Reputación
Satanás aún no había terminado, y Dios permitió que el maligno tocara el hueso y la carne de Job. Job fue cubierto de grandes úlceras y llagas malolientes desde la coronilla de su cabeza hasta la planta de sus pies. Su dolor era tan intenso que usó un fragmento de una olla de barro para rascarse las supuraciones putrefactas.
Además de estas pérdidas, Job perdió su reputación. Sus tres amigos vinieron, pero se convirtieron en críticos, no en consoladores. Elifaz asumió que Job había cometido un pecado secreto, pues “nadie sufre de esta manera siendo inocente”.
Esta filosofía errónea, que sugiere que si uno está bien con Dios tendrá riquezas, comodidades y lujos, no es cierta. Algunos de los santos más grandes sufrieron tremendas vicisitudes. La fe no es una forma de evitar el sufrimiento.
La Respuesta de Job: En medio de esta calamidad total, Job glorificó a Dios. Él se postró en tierra y adoró.
“Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”.
Job no pecó con sus labios ni atribuyó a Dios despropósito alguno (no culpó a Dios por sus calamidades).
Fe para Escapar vs. Fe para Morir: Tener fe no significa que siempre saldrá bien librado. Dios dio fe a algunos héroes (como Gedeón o Barac) para conquistar y escapar; pero a otros les dio fe para experimentar azotes, prisiones, ser aserrados, o morir a filo de espada, siendo de los cuales el mundo no era digno. La fe es aceptar lo que Dios da, no solo recibir lo que usted quiere.
2. ¿Puede Confiar en Dios Cuando Sus Amigos Le Abandonan?
Es difícil sufrir, pero es aún más doloroso sufrir sin nadie que lo acompañe. Los amigos de Job, que vinieron a consolarlo, solo criticaron y hablaron “cosas sin sentido”.
Job lamentó: “Mis parientes se detuvieron y mis conocidos Se olvidaron de mí”.
Este abandono es un dolor profundo, profetizado también para Cristo (Judas Iscariote, que comía el pan, alzó contra Él el calcañar). Incluso el apóstol Pablo, en la cárcel, tuvo que escribir: “Demas me ha desamparado, amando este mundo”.
- Abandono por Causa de la Verdad: Usted puede ser abandonado en el ministerio si predica la verdad del Evangelio. El mundo que odió a Jesús le odiará a usted.
- Abandono por Integridad: En la escuela o en los negocios, si usted practica justicia y honestidad en contraste con sus socios o compañeros, se volverán en su contra e intentarán hacerle caer.
Incluso la esposa de Job le dio la espalda. Ella le dijo: “Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete”. Con esto, ella estaba llevando a cabo la obra del diablo, diciendo exactamente lo que Satanás había predicho. Job, en su confianza, le respondió que ella hablaba como una mujer insensata y que él no rechazaría a Dios.
3. ¿Puede Confiar en Dios Cuando Está Abrumado por las Tinieblas?
Quizás el desafío más grande es confiar cuando no se entiende por qué está ocurriendo el sufrimiento. Job no había leído el libro de Job; él estaba en “oscuridad absoluta” y no tenía idea de lo que pasaba.
Job quería hablar con Dios: “Quien me diere el saber dónde hallar a Dios… expondría mi causa delante de él”. Él buscaba respuestas, sintiendo que Dios le debía explicaciones. Sin embargo, Job no podía encontrar a Dios: “yo iré al Oriente y no lo hallaré… al sur se esconderá y no le veré”.
Cuando usted teme a Dios y le obedece, pero aun así anda en tinieblas y carece de luz, la Escritura aconseja: “confíe en el nombre de Jehová y apóyese en su Dios”.
- No Encienda su Propio Fuego: La oscuridad es la ausencia de luz (Dios). Cuando Dios deja a Sus siervos en la oscuridad (lo que muchos cristianos notables llaman “la noche oscura del alma”), la peor respuesta es intentar encender la propia luz o fuego.
- Aferrarse en la Ausencia: Personajes como Juan el Bautista, estando en la cárcel, experimentaron tales tinieblas que dudaron si Jesús era realmente el Mesías. El apóstol Pablo también se sintió en apuros.
Si usted puede confiar en Dios cuando está sumergido en el dolor, abandonado por amigos, y abatido por las tinieblas sin saber lo que está ocurriendo, tapará la boca al diablo.