Cuando escapamos de una situación agobiante
Descubra cómo aplicar las profundas lecciones del Gran Escape de Israel en el Mar Rojo a su vida personal. Este pasaje, extraído de Éxodo 14 y capítulos aledaños, es más que una simple historia: es una guía práctica para entender la presencia, el poder y la guía de Dios cuando se enfrenta a circunstancias que parecen imposibles.
La clave para una vida de fe victoriosa es leer la Biblia no solo por información, sino para escuchar a Dios hablar y permitirle obrar de una manera especial en su vida.
Contexto Histórico: El Escape Imposible de la Esclavitud
La historia de Moisés y el Mar Rojo establece el escenario de la liberación divina.
Moisés, criado en la casa de Faraón y educado por los egipcios, huyó al desierto de Madián tras cometer un crimen. Cuarenta años después, Dios le habló desde la zarza ardiente y lo mandó de vuelta a Egipto para liberar a Su pueblo de la esclavitud.
El Faraón consideró la petición de liberar a los hebreos como un “gran absurdo”. Dios, en Su especialidad de saber cómo llamar nuestra atención, comenzó con diez plagas. El golpe final ocurrió cuando el ángel de la muerte mató al primogénito de todo Egipto, requiriendo que los israelitas pusieran sangre en el dintel de sus casas para proteger a su primogénito (la Pascua).
Forzado por la calamidad, Faraón liberó a los hebreos. Además, los ciudadanos egipcios, desesperados por deshacerse de Moisés y del pueblo, les entregaron oro, plata, ropa y joyas.
Una vez libres, el Faraón se arrepintió de su decisión y mandó a su ejército a perseguir a los israelitas para traerlos de vuelta. Los hebreos quedaron vulnerables y atrapados, rodeados por el desierto de un lado y el Mar Rojo del otro. Para el Faraón, estaban acorralados; pero para Dios, este era el momento de Su máxima demostración de poder.
Principios Bíblicos para la Vida Personal
A partir de este dramático escape, se extraen principios esenciales para confiar en Dios en cualquier adversidad:
1. Dios Siempre Sabe Qué es Mejor
Faraón y mucha gente olvidan quién tiene el control. Dios estaba a cargo, y Su propósito era demostrarles a los egipcios que el Dios de los hebreos era el único Dios verdadero.
A veces, cuando enfrentamos circunstancias difíciles y preguntamos cómo superarlas, debemos recordar que el camino de Dios es el mejor. Hay ocasiones en las que no podemos obtener lo que queremos, no porque estemos haciendo algo incorrecto, sino porque Dios tiene algo mejor en mente. Nosotros solo vemos lo “normal” o “natural”, pero Dios siempre concibe algo más grande.
2. Dios es Fiel en Sustentar a Su Pueblo
El pueblo de Israel no tenía nada; eran esclavos que vivían en chozas. El último pensamiento que habrían tenido era que los egipcios vaciarían sus casas de valiosos bienes (oro, plata, joyas) y se los darían a ellos.
Este principio asegura que Dios nunca le pedirá que haga algo sin sustentarlo para que lo haga. Dios le dijo a los egipcios: “Dénselo, sáquenlos de aquí”.
Si Dios le dice que se mueva o que haga algo, Él es responsable de hacerlo posible en su vida. No hay razón válida para desobedecer a Dios diciendo “no sabía qué hacer” o “Dios no lo dejó claro”. Dios no nos dará todas las respuestas, porque Él quiere que confiemos plenamente en Él.
3. Dios Siempre Está Presente para Guiar a Su Pueblo
Dios no nos dirá que hagamos algo y luego dejará de guiarnos. Él conoce el principio y el fin.
El desafío para nosotros es preguntarnos: “¿Estoy dispuesto a obedecer a Dios aunque no lo entienda del todo?”. Muchas personas se lamentan de haber desobedecido a Dios hace un año y se preguntan qué hacer ahora. La respuesta es simple: obedecer a Dios es siempre lo correcto, lo entienda o no, le duela o no, y complazca a alguien o no.
Usted no tiene que complacer a nadie más que a Dios.
4. Dios Asume Toda la Responsabilidad de las Consecuencias de Nuestra Obediencia
Este es un principio liberador: Dios asume toda la responsabilidad de las consecuencias de nuestra obediencia. Si esto es cierto, no tenemos que preocuparnos por lo que sucederá después.
A menudo nos equivocamos cuando, al no recibir una respuesta inmediata, elegimos nuestra propia senda, lo cual puede ser fatal porque no sabemos a dónde ir. Desde un punto de vista humano, obedecer a Dios sin tener un plan claro (como mudarse sin empleo porque “Dios lo ordenó”) puede parecer una locura. Sin embargo, la razón humana y la omnisciencia de Dios Todopoderoso no siempre se evalúan de la misma manera.
5. El Mandato Más Sencillo Trae Consecuencias Poderosas
El mandato de Dios para Moisés en el Mar Rojo fue increíblemente simple, dado el terror de la situación. Los israelitas estaban atrapados, el ejército de Faraón se acercaba, y las ruedas de los carros se escuchaban.
En medio de su pánico, culparon a Moisés. Moisés, sin embargo, les dijo: “el señor peleará por nosotros mientras se queden quietos”.
El mandato fue: Moisés debía levantar y extender sus brazos y sostener su vara, y luego decirle al pueblo que “marche”.
- Poder en la Simplicidad: El mandato más sencillo de Dios puede traer consecuencias sorprendentes y poderosas. A veces, la instrucción más difícil de Dios es simplemente: “Solo espera, no hagas nada, confía en mí”.
- La Obediencia de Moisés: Moisés levantó sus brazos con la vara, el mar comenzó a abrirse, y el pueblo comenzó a marchar. La obediencia de Moisés desató la victoria.
La Biblia dice que Dios salvó a Su pueblo; manteniéndolos en la oscuridad hasta que cruzaron. Luego, Dios cerró las aguas con fuerza, destruyendo a todos los carros de Faraón en el Mar Rojo.
Lecciones para la Vida Diaria y la Victoria en Cristo
Nuestros mayores errores ocurren cuando vemos nuestras circunstancias con nuestros ojos, destrezas y talentos, en lugar de ver primero a Dios. Es mejor esperar en Dios, aunque nunca antes hayamos experimentado una situación así.
No busquemos a quién culpar por nuestras circunstancias. Culpamos a Moisés, o a otros, pero eso no nos lleva a nada. Si estamos en la voluntad de Dios, Dios es responsable de ayudarnos a superarla.
El sabio consejo es meditar en la Palabra y decir: “Señor, no sé lo que estás haciendo, yo no lo haría así. ¿Qué estás planeando?”. Dios siempre le mostrará qué hacer.