Cómo el Destino de las Naciones se Sella por Israel

El rabino y autor Jonathan Cahn revela que la historia humana, el ascenso y la caída de las naciones, e incluso el destino personal, están gobernados por una ley bíblica que fue establecida hace más de 4,000 años. Esta ley, conocida como el Pacto Abrahámico (Génesis 12:3), es una columna inquebrantable de Dios.

Cahn explica que esta ley no es una simple idea, sino una verdad real que ha afectado todo en la historia de la humanidad. La promesa hecha por Dios a Abraham no solo garantizó la existencia milagrosa de la nación de Israel, sino que también estableció una ley de la historia para todas las naciones y personas: la manera en que traten a Israel determinará su destino.

1. El Origen de la Ley: El Pacto Abrahámico

Dios llamó a un hombre, Abraham, de la ciudad de Ur, en el Medio Oriente, con una promesa de pacto:

• Promesa a Abraham: “Yo haré de ti una gran nación. Te bendeciré y engrandeceré tu nombre. Y serás bendición”.
• La Ley de Bendición/Maldición: “Bendeciré a los que te bendigan y a los que te maldigan maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra”.

La existencia de Israel, 4,000 años después, desafía las leyes de la historia humana y es un milagro, ya que grandes imperios como Babilonia, Sumeria y Egipto han desaparecido, pero la nación de Israel vive, resultado de la promesa de Dios. La generación actual tiene el privilegio de ver la existencia de Israel y de bendecirla, algo que no fue posible para los cristianos durante 2,000 años.

2. La Ley Aplicada a las Naciones y los Imperios (4,000 Años de Historia)

Cahn presenta evidencia histórica que demuestra cómo esta promesa divina ha determinado el ascenso y la caída de las potencias mundiales:

A. El Colapso de Potencias Adversarias (La Maldición)

Las naciones que intentaron destruir o dañar a Israel terminaron colapsando y sufriendo un destino similar al que infligieron al pueblo judío:

• Egipto: Era la mayor potencia mundial hace más de 3,000 años. Cuando se pusieron en contra del pueblo judío e intentaron destruirlos en el Mar Rojo, el imperio egipcio entero se derrumbó, volviéndose una nación de segunda.
• Asiria: Con un poder gigantesco, Asiria se levantó contra Israel, destruyendo el reino del norte y causando las diez tribus perdidas. Poco después, Asiria fue totalmente aniquilada. Fue tan destruida que cuando Alejandro Magno pasó por allí, ni siquiera supo que había existido.
• Babilonia: Invadió y conquistó Jerusalén, despoblando la ciudad y dejándola en ruinas. Más adelante, Babilonia fue conquistada, despoblada, y se convirtió en una ciudad fantasma, exactamente como hicieron con el pueblo judío.
• Imperio Otomano: Recibió y bendijo a los judíos que huyeron de España, lo que ayudó a que el Imperio Otomano se volviera gigantesco. Sin embargo, luego se volvieron contra ellos, y el Imperio Otomano colapsó y desapareció en el siglo XX.
• Polonia: Recibió a los judíos y les dio refugio, siendo bendecida por Dios. Cuando se pusieron contra ellos, colapsaron y fueron conquistados por otras naciones.
• Imperio Español: España fue un gran hogar para el pueblo judío, y prosperó junto con ellos. Alrededor de 1492, justo cuando el imperio comenzaba a expandirse con Colón, se volvió contra el pueblo judío y el imperio más grande del mundo colapsó a una potencia de segunda categoría.
• Imperio Británico: Se elevó a ser el mayor imperio de la tierra cuando abrió sus puertas y bendijo a los judíos, dándoles refugio. Después de la Primera Guerra Mundial, bendijeron aún más al pueblo judío, devolviéndoles la tierra de Israel. Sin embargo, entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial (años 20 y 30), Inglaterra se volvió contra los judíos (hundiendo barcos de refugiados). De repente, el Gran Imperio Británico colapsó y perdió prácticamente todo.

B. La Bendición y la Supervivencia (La Gracia Condicional)

Las naciones que bendijeron a Israel o permitieron su continuidad, experimentaron una bendición que les permitió perdurar:

• Persia: Conquistó Babilonia, pero a diferencia de los imperios anteriores, no destruyó a los judíos. Persia les permitió regresar a su tierra, reconstruirse y continuar como nación. Por esta razón, Dios permitió que Persia sobreviviera y continuara en la historia hasta el siglo XX.
• Grecia: La guerra de Grecia contra Israel fue diferente; intentaron convertir a los judíos a su religión y acabar con la fe bíblica. Dios hizo con ellos lo que intentaron hacer con Israel: la palabra de Dios (el Evangelio) se extendió por las tierras griegas, haciendo que los pueblos griegos abandonaran a sus dioses y aceptaran al Dios de Israel.
• Imperio Romano: Roma aplastó y dispersó al pueblo judío por todo el mundo. Dios, en respuesta, dispersó el gobierno romano en pedazos por todo el mundo, pero su cultura y su idioma (que se convirtió en español, francés y otros) quedaron por todas partes, así como ellos lo hicieron con los judíos.