Valuing Marital Fidelity – Mt. 12:1-5 (Q1785) – Pr. Adrian Rogers

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Valuing Marital Fidelity – Mt. 12:1-5 (Q1785)

Este resumen conciso y reescrito, optimizado bajo las directrices de SEO en español, aborda la importancia crítica de la fidelidad matrimonial y la pureza sexual como valores familiares inquebrantables, según las enseñanzas del Dr. Adrián Rogers, basándose en Mateo 19:1-9. El mensaje enfatiza el diseño divino del matrimonio, los peligros de la inmoralidad y las claves prácticas para preservar la unión conyugal.


La Crisis de la Pureza Sexual y el Valor Familiar

El ministerio “El Amor Que Vale” del Dr. Adrián Rogers proclama que Jesucristo es el amor más grande y busca alimentar y desafiar a los cristianos en su caminar diario. En una serie sobre “Atesorando los valores familiares”, se aborda la pureza sexual, un valor que ha sido atacado por lo que el Dr. Rogers llama una “revolución” que es mejor descrita como degeneración.

El mensaje es una advertencia para los padres que buscan evitar que sus hijos sean “succionados por las alcantarillas de la depravación”, guiada por una generación adúltera y amadora del dinero de Hollywood. La Palabra de Dios, sin embargo, no ha cambiado, a pesar de los cambios en los tiempos.

I. La Provisión de la Vida Matrimonial: Un Diseño Divino

Al ser tentado por los fariseos sobre la legalidad del divorcio por “cualquier causa” (Mateo 19:3), Jesús respondió citando la creación, estableciendo la provisión y el diseño original del matrimonio.

1. El Plan de Dios y la Creación

Jesús creía en la creación divina y en la separación de los sexos (“varón y hembra los hizo”). El matrimonio fue instituido por Dios en el Jardín del Edén y es la primera institución ordenada por Dios.

El matrimonio no es anticuado, obsoleto ni pasado de moda. Existía antes de la ley, la civilización, el gobierno e incluso antes del sistema de adoración y la iglesia. A pesar de los trágicos fracasos del pasado o de la generación actual, el deseo de casarse se renueva al nacer en cada generación, porque es un plan que el Dios omnipotente ha puesto en los corazones de las personas.

2. La Prioridad y Permanencia del Matrimonio

  • Prioridad: El matrimonio es supremo sobre cualquier otra responsabilidad terrenal. La Biblia enseña que el hombre debe dejar a su padre y madre y unirse a su mujer. Los lazos familiares y el cordón umbilical deben ser cortados, estableciendo la nueva unión como la prioridad, aunque se debe seguir honrando a los padres.
  • Permanencia: Jesús afirmó: “Así que no son ya más dos sino una sola carne. Por tanto lo que Dios juntó no lo separe el hombre”. El matrimonio es concebido como un hombre para una mujer hasta que la muerte los separe.

3. El Sexo Legítimo: Un Regalo Espléndido

El producto del matrimonio es una sola carne, nada más hermoso o íntimo. La Biblia enseña que cuando Dios dice “no cometerás adulterio” o “huí de la fornicación”, Él no está tratando de alejar al creyente del sexo, sino guardándolo para él.

El sexo es un regalo hermoso y maravilloso de Dios, y es tan espléndido que Dios no quiere que se adultere. Una encuesta citada muestra que las personas más propensas a reportar estar muy satisfechas con su vida sexual son las casadas que creen firmemente que el sexo fuera del matrimonio es incorrecto. El 72% de los matrimonios tradicionales reportan satisfacción sexual, un 31% más alto que los no casados o no tradicionales.

El sexo es apropiado en su lugar (el matrimonio) y es incorrecto fuera de su lugar (como el césped que es hermoso en el jardín, pero solo tierra en el piso de la sala).

II. La Polución de la Vida Matrimonial: El Pecado del Adulterio

La única razón por la que Moisés permitió el divorcio fue “por la dureza de vuestro corazón,” pero Jesús aclara que “al principio no fue así”.

Jesús establece que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación (inmoralidad sexual), y se casa con otra, adultera. Además, el que se casa con la repudiada adultera.

1. El Adulterio como Contaminación

Adulterar significa hacer impuro. Dios no quiere que hagamos impuro algo que es tan puro y maravilloso como el matrimonio. El adulterio es un pecado que contamina la vida matrimonial.

2. Las Víctimas del Adulterio

El adulterio es un pecado contra:

  • Sí mismo: El adúltero peca contra su propia persona.
  • El Hogar y los Hijos: El adulterio destroza las vidas de niños inocentes. El padre que adultera comunica a su hijo que la madre “no vale mucho,” que el padre es un “mentiroso,” y que la propia satisfacción es más importante que el hijo. La fidelidad matrimonial es la “goma” que mantiene a la familia unida.
  • La Iglesia y la Nación: El adulterio es un pecado contra la Iglesia (el cuerpo de Cristo) y contra la nación. La justicia engrandece a la nación, “mas el pecado es afrenta de las naciones”. En el Antiguo Testamento, el adulterio era digno de la pena de muerte para “quitar el mal de Israel”.

Es un error pensar que el carácter no tiene nada que ver con la habilidad para gobernar o dirigir una nación; “lo es todo”.

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