Suelte El Control

•  Dios le bendiga. Es siempre un gozo llegar hasta su hogar. Si se en nuestra área, por favor, venga y participe en uno de nuestros servicios. Le prometo que lo haremos sentir en casa. Gracias por vernos hoy y de nuevo, gracias por estar aquí. Me gusta empezar con algo gracioso.
• Un día Adán se sentía muy solo. Dios le dijo, “Voy a hacerte una compañera.” Y se va a llamar mujer. Esta persona cocinará para ti y lavará tu ropa. Tendrá a tus hijos. Jamás te pedirá que te levantes en medio de la noche. Nunca te fastidiará. Siempre concordará contigo y si tuviera algún desacuerdo, ella será la primera en admitir que tiene razón.
• Adán dijo, “Caray, Dios, ¿cuánto costaría una mujer así?” Dios dijo, “Un brazo y una pierna.” Adán dijo, “¿Qué obtengo por una costilla?” El resto es historia. Levante su Biblia, dígalo con convicción. Esta es mi Biblia. Soy lo que dice que soy. Tengo lo que dice que tengo. Puedo hacer lo que dice que puedo hacer. Hoy recibiré la palabra de Dios.
• Confieso que mi mente está alerta, mi corazón está receptivo, nunca más seré igual en el nombre de Jesús. Dios le bendiga. Quiero hablarle hoy de soltar el control. Es fácil enfocarse tanto en sus metas, sueños, que no seremos felices hasta verlos cumplirse. Ponemos a Dios en una caja, le decimos que queremos, cuándo lo queremos, cómo lo haga, a quién usar. Lo tenemos todo arreglado.
• La Biblia dice, “Los caminos de Dios no son los nuestros, son mejores que los nuestros. Y si solo va a ser feliz, si sucede a su manera, prepárese entonces para la desilusión.” Dios puede ver el panorama completo de nuestra vida. Sabe qué hay dar la vuelta. Puede ver las desviaciones, calles cerradas, los atajos, cosas que no vemos.
• Será mejor decir, Dios, esto es lo que quiero. Por esto estoy creyendo, pero Dios, tú sabes que es mejor para mí. No necesito que sea mi manera. Dios, confío en ti. Cuando suelta el control, se quita la presión. La vida se vuelve más libre. No lucha siempre intentando que sus planes se realicen.
• A veces nos enfocamos tanto en que queremos que perdemos el balance. Cualquier cosa que deba tener para ser feliz, el enemigo la usa contra usted. Si piensa, “Debo tener este aumento, mi cónyue debe cambiar, necesito casarme para ser feliz o necesito buen clima porque planeo un gran evento al aire libre.” No. Una actitud madura dice, “Aún si no se resuelve a mi manera, si mis planes no suceden, Dios, voy a disfrutar mi vida sabiendo que estás en tu trono.
• ” Esta es la clave. Cuando nuestros sueños y metas empiezan a frustrarnos, no tenemos paz ni disfrutamos en donde estamos porque estamos tan enfocados en lo que queremos, es señal que nos aferramos demasiado fuerte. Cuando usted se aferra a lo que quiere con tanta fuerza, esto se convierte en un ídolo. Está muy enfocado en ello.
• El único que piensa por lo que ora, consume su tiempo y energía, está fuera de balance. Una de las mejores oraciones que podemos orar es, “Dios, no se haga mi voluntad, sino que se haga la tuya.” Al soltar el control, le muestra a Dios por sus acciones que confía en él. Hay veces en la vida cuando Dios le pedirá que suelte lo que usted quiere más. Es una prueba.
• Y si usted pasa la prueba en su tiempo, Dios le regresará lo que quería o traerá algo mejor en su vida. Esto sucedió con Abraham, su hijo Isaac, el hijo con quien había soñado año tras año, finalmente llegó. Abraham lo amaba más que nada en el mundo. Un día Dios le dijo que lo pusiera sobre el altar, que sacrificara lo que significaba más para él.
• No fue fácil, pero Abraham decidió soltar el control. Dijo, “Dios, ¿sabes que esto es lo que soñé? Lo que he querido más que ninguna otra cosa, pero Dios, confío en ti. Puedo ser feliz aunque no suceda a mi manera. Cuando Dios vio su disposición de poner sobre el altar lo que significaba más para él, le dijo, “No, no lo hagas.” Y le devolvió a su hijo.