Si haces esto… te rogará volver aunque tenga a otra

• ¿Alguna vez te has preguntado por qué alguien que te dejó por otra persona de repente quiere volver a tu vida? El corazón humano es inconstante, pero hay decisiones que lo marcan para siempre. Proverbios 5:34 advierte: “Los labios de la mujer extraña destilan miel y su paladar es más blando que el aceite, mas su fin es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos.
• ” Cuando alguien elige lo superficial sobre lo verdadero, más temprano que tarde, la realidad revela su amargura. Hoy exploraremos por qué ciertas actitudes pueden hacer que esa persona te ruegue volver, incluso si ya está con alguien más. Te mostraremos cómo la firmeza en tu identidad y tu conexión con Dios provocan una reacción que no esperas.
• Prepárate para entender lo que sucede cuando eliges honrar a Dios por encima del dolor. ¿Estás listo para entender lo que Dios tiene reservado para ti? Hay decisiones que no necesitan gritos. Hay silencios que gritan más fuerte que cualquier súplica. Cuando te vas en paz, cuando decides no pelear por quien no quiso quedarse, algo poderoso ocurre.
• El mundo no lo entiende, pero el cielo sí, porque no estás huyendo, estás eligiendo, no estás perdiendo, estás soltando para que Dios ocupe el lugar que nunca debiste llenar con una persona. Y eso, ese tipo de silencio, es lo que hace que alguien te empiece a extrañar, no por necesidad, sino por convicción. Porque cuando no te arrastras, cuando no ruegas, cuando no discutes por tu lugar, tu dignidad empieza a hablar y la voz de la dignidad no solo se oye, se siente.
• A veces quien te dejó ni siquiera lo nota en el momento. Piensa que puede reemplazarte. Cree que con otra persona tendrá lo que ya no quería construir contigo, pero lo que no sabe es que tu silencio no es vacío, está lleno de propósito. Jesús dijo en Mateo 5:37, “Sea vuestro hablar, sí, sí, no, no, porque lo que es más de esto de mal procede y esa enseñanza se extiende a las decisiones de la vida.
• No necesitas explicarte, defenderte ni justificar tu salida cuando alguien no valora tu permanencia. Tú no más con respeto, firmeza y dirección de Dios es suficiente. El Señor no nos llamó a mendigar amor humano, nos llamó a reflejar el amor divino, ese que primero se honra a sí mismo porque reconoce su valor como templo del Espíritu Santo.
• La persona que te dejó puede estar ocupada probando una nueva historia, creyendo que encontró lo que tú no ofreciste. Pero cuando tú eliges guardar silencio y te apartas con gracia, la semilla queda plantada. El tiempo, el espíritu de Dios y las consecuencias empiezan a regar esa tierra hasta que florece el reconocimiento que al principio fue negado.
• Hay una historia en la Biblia que refleja este principio con asombrosa claridad, la historia de Agar. En Génesis 16, ella fue despedida del hogar de Abraham por un conflicto con Sara. Se fue con su hijo Ismael sin nada más que una promesa celestial. Su partida fue dura, pero no se resistió. Caminó por el desierto con su dignidad intacta, con el corazón herido, pero confiando en el Dios que ve. Tú eres el Dios que me ve, dijo en el versículo 13.
• Y cuando ya no pudo más, cuando su silencio era total, Dios habló. La historia no terminó con rechazo, sino con redención. Porque la voz de Dios no llega a los que hacen más ruido, sino a los que se atreven a guardar silencio en obediencia.