Si Entregas Todo a Dios, Verás la Mano Divina en Cada Aspecto
La obediencia es el fundamento esencial para experimentar una vida cristiana verdaderamente feliz y victoriosa. El tren del creyente avanza sobre dos rieles fundamentales: confianza y obediencia. Es vital preguntarse si somos creyentes felices y victoriosos, y si estamos siendo moldeados y dirigidos por la Palabra de Dios.
La desobediencia obstaculiza el gozo en la vida. Adrian Rogers aborda este tema crucial, señalando que la obediencia no es opcional, sino un deber, una deuda, una delicia y una decisión que debe ser practicada.
El Deber de la Obediencia: Obedecer a Dios Antes que a los Hombres
La obediencia es un deber que debe ser cumplido.
A. La Soberanía Innegociable de Dios
Cuando lo que los hombres ordenan entra en contradicción con lo que Dios dice, el creyente debe tomar una decisión inmediata: “es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”. Los apóstoles, encarcelados y con la orden estricta de no predicar en el nombre de Jesús, respondieron con esta declaración de soberanía divina.
B. Desobediencia: Un Pecado Grave
La desobediencia a Dios no es un asunto trivial; Dios no quiere sacrificios ni ofrendas, Él quiere obediencia. La desobediencia es tratada como un pecado grave que se asemeja a:
- Hechicería (Adivinación): La desobediencia le pone en el mismo equipo que Satanás, ya que la rebelión fue lo que hizo al diablo.
- Idolatría: Si Dios quiere que haga algo y usted no lo hace, es porque ha puesto algo más delante de Dios que ama, sirve, teme u honra más que a Él, y eso es idolatría.
- Rebelión y Obstinación: La rebelión es como pecado de adivinación, y la obstinación es como ídolos e idolatría. Desobedecer es poner “El puño cerrado en el rostro de Dios,” diciendo: “No tu voluntad, sino la mía será hecha”.
Un acto pequeño de desobediencia puede transformarse en algo grande si se desafía a Dios. La falta de acción cuando se sabe hacer lo bueno es pecado (“Al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado”).
La Deuda de la Obediencia: Respuesta al Sacrificio de Cristo
La obediencia es una deuda que debe ser pagada. Al reflexionar en el sufrimiento y la sangre que Jesucristo derramó sobre la cruz, el creyente no tiene derecho a desobedecer. Dios levantó a Jesús (a quien mataron en un madero) como Príncipe y Salvador, para dar arrepentimiento y perdón de pecados.
La Delicia de la Obediencia: Gozo y Regocijo
La obediencia es una delicia que debe ser preferida.
- Gozo Genuino: No existe tal cosa como un creyente desobediente feliz. La obediencia y el regocijo van de la mano. Los apóstoles salieron del Concilio gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.
- Mandamientos No Gravosos: La voluntad de Dios no es dolorosa ni miserable. Los mandamientos del Señor “no son gravosos”.
La Decisión de la Obediencia: El Poder de Elección Humano
La obediencia es una decisión que debe ser practicada. Dios le permite a usted desobedecer, lo cual no disminuye Su soberanía, sino que demuestra que Él le ha dado al hombre la capacidad de decisión.
A. La Voluntad de Dios y el Libre Albedrío
No siempre se hace la voluntad de Dios, de lo contrario, no necesitaríamos orar: “Venga tu reino, hágase tu voluntad”. Dios le ha dado al ser humano el poder de rebelarse contra Él.
B. Cosas que Dios NO Puede Hacer
Para entender la obediencia como una decisión, es necesario comprender que, por Su misma naturaleza, hay cosas que Dios no puede hacer:
- Dios no puede fallar: Es imposible que Dios, siendo omnipotente, pueda fallar.
- Dios no puede hacer lo malo: No puede mentir, robar o cometer ninguna maldad, porque Él es un Dios santo.
- Dios no puede ser tentado: Aunque Jesús fue tentado en Su humanidad, Dios no puede ser tentado por el mal.
- Dios no puede negarse a sí mismo: Si somos infieles, Él permanece fiel.
- Dios no puede ser injusto: Es imposible para Dios perdonar el pecado sin un sacrificio (la razón de la Cruz es para que Él sea justo y justificador).
- Dios no puede forzar una obediencia amorosa: El amor forzado no es amor. Dios nunca forzará a nadie a recibir un regalo o a obedecerle.
Usted debe escoger obedecer a Dios. Nosotros le amamos porque Él nos amó primero, y es Dios quien pone en nosotros tanto el querer como el hacer.
Requisitos para una Obediencia Efectiva (SEO: Implementación)
Para obedecer a Dios, su obediencia debe ser:
- Obediencia Informada: Usted debe saber lo que Dios quiere que haga. Toda obediencia genuina es informada. Dios no aprecia ni bendice actividades que Él no haya ordenado.
- Obediencia Intencional: El creyente debe presentarse delante del Señor cada mañana, diciendo: “Señor, estoy a tus órdenes”. Es bienaventurado el hombre que escucha a Dios cada día.
- Obediencia Inmediata: El entendimiento puede esperar, la obediencia no. Cuando Dios ordena algo, no debemos cuestionar o preguntar por qué, sino hacerlo inmediatamente. Los apóstoles, aunque se les ordenó no predicar, siguieron predicando inmediatamente.
- Obediencia Inflexible: No importa el costo, usted no debe transigir en cuestiones de obediencia. Los apóstoles enfrentaron una sentencia de muerte por predicar, pero su obediencia fue inflexible. Una obediencia selectiva no es obediencia.
- Obediencia Apasionada: Se debe hacer la voluntad de Dios con todo corazón, con una pasión “quemante y abrazadora”. Debemos evitar la obediencia tibia, mediocre e indiferente.