La Lotería ¿Qué Dice La Biblia
La fe cristiana se fundamenta en principios eternos que definen nuestra conducta y valores. Una de las preguntas más relevantes en la vida moderna es: ¿Qué dice la Biblia sobre el juego, la lotería y las apuestas?
El Apóstol Pablo, en su ministerio, enfrentó confrontaciones directas cuando la verdad que predicaba chocaba con intereses financieros y prácticas inmorales. El predicador que defiende la verdad no siempre será popular.
Al igual que en Éfeso, donde un platero llamado Demetrio generó un gran alboroto para proteger la riqueza que obtenía de la adoración a Diana, hoy la controversia sobre las apuestas es impulsada por la ganancia. Demetrio, un maestro en controlar la mente, apeló al bolsillo, al patriotismo y a la libertad de culto para manipular a las masas. Las apuestas modernas también recurren a una “guerra de propaganda,” prometiendo prosperidad y crecimiento económico, mientras que quienes se oponen son tachados de “fundamentalistas,” “puritanos,” o “censores”.
Sin embargo, la Biblia no es primariamente un libro de leyes diminutas, sino de grandes principios que revelan que las apuestas son erróneas e imprudentes para el creyente y perjudiciales para la sociedad.
Diferenciando Riesgo e Inversión de las Apuestas
Antes de analizar los principios, es esencial distinguir las apuestas de la toma de riesgos legítima.
La Biblia no está en contra de tomar riesgos; de hecho, lo motiva. Un agricultor debe arriesgarse a sembrar (el que al viento observa, no sembrará). Invertir en la bolsa de valores o empezar un negocio (como vender yogures congelados o bonos) implica riesgo, pero es una actividad legítima.
La Gran Diferencia: Todos, “excepto los que tienen espaguetis entre sus orejas,” saben que existe una diferencia entre invertir en la bolsa y apostar en una carrera de caballos.
| Inversión / Negocios | Apuestas / Lotería |
|---|---|
| Situación de Ganar-Ganar. | Situación de Ganar-Perder. |
| Crea nueva riqueza, construye fábricas, paga salarios y crea bienes y servicios. | El dinero simplemente cambia de manos; no se produce nada. |
| Suple las necesidades de otras personas. | El ganador cuenta con perdedores; el dinero se obtiene a costa de otros. |
Cuando el estado fomenta la lotería, se involucra en el negocio de producir perdedores.
Las Cuatro Razones Bíblicas Contra las Apuestas
Las apuestas violan al menos cuatro grandes principios de la Palabra de Dios, lo que demuestra que son incompatibles con la vida cristiana.
1. Las Apuestas Violan el Principio de la Honestidad
Las apuestas son una forma de robo por mutuo consentimiento y quebrantan los mandamientos “No hurtarás” y “No codiciarás”.
El apóstol Pablo enseña que la codicia (deseo de lo que pertenece al prójimo) es pecado. El apostador desea obtener lo que tiene otra persona sin darle nada a cambio. Aunque dos personas acuerden participar en el juego, ese consentimiento mutuo no elimina la inmoralidad del acto, así como el consentimiento mutuo en un duelo no hace que el asesinato sea correcto.
El que apuesta y gana es, en esencia, un ladrón, ya que comparte el mismo espíritu del que toma por la fuerza. La ley de Dios, que exige honestidad, queda violada.
2. Las Apuestas Violan el Principio del Amor
El segundo gran mandamiento es “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Las apuestas son la obtención de placer y ganancia a costa del dolor y la pérdida de otra persona.
- Antítesis del Amor: No se puede amar a alguien si se intenta quitarle lo suyo sin darle nada a cambio, y deseando que pierda para que uno gane. Si usted gana, se rebaja a sí mismo y a su prójimo, pues lo convierte en su víctima.
- Impacto Social Devastador: Las apuestas generan víctimas y son un problema con síntomas similares al alcoholismo o la drogadicción. Se estima que hay 10 millones de apostadores adictos al juego solo en los Estados Unidos.
- El jugador adicto promedio se sepulta en deudas considerables (hasta $56,000) antes de buscar ayuda. Sus familias son arruinadas financieramente, su productividad cae, y a menudo recurren al robo o la malversación para saldar deudas.
- Perjuicio a los Más Vulnerables: Los pobres son los que más sufren y son psicológicamente los más tentados, ya que ven la lotería o el casino como su “única esperanza de riqueza”. En Nueva Jersey, un tercio de las familias de bajos ingresos gasta una quinta parte de sus ingresos en la lotería.
- Consecuencias Comunitarias: Las apuestas son una forma de tributación regresiva que perjudica al pobre. En Nevada, la capital de las apuestas en EE. UU., el índice de suicidios es tres veces mayor y la tasa de crimen es el doble del promedio nacional.
Construir una economía sacando ganancia de la miseria humana, o “poner impuestos a las debilidades humanas,” es moralmente repugnante y contrario al principio de amar al prójimo.
3. Las Apuestas Violan el Principio del Trabajo
La Biblia enseña que las riquezas se obtienen por medio de la industria, el trabajo y los negocios, no por la casualidad o el juego.
- Fraude Económico: Las apuestas son un fraude económico y una “sanguijuela social”. No producen verdadera riqueza, solo la redistribuyen de las manos de muchos a las manos de pocos.
- Promoción de la Pereza: El estado, al promover la lotería con letreros como “juegue su presentimiento,” desvía la atención del principio bíblico de que debemos trabajar con nuestras manos para poder compartir con el necesitado.
- Gastos Mayores que Ingresos: La experiencia demuestra que el costo social de la miseria humana y el crimen asociado a las apuestas excede en gran medida cualquier beneficio económico o recaudación de impuestos. Por lo tanto, el balance final para la comunidad siempre termina “en rojo”.