Las marcas divinas de una iglesia verdadera
El mensaje del pastor John MacArthur se centra en identificar las características bíblicas que definen a una iglesia verdaderamente saludable y fiel, utilizando la congregación de Tesalónica como el modelo positivo del Nuevo Testamento. MacArthur enfatiza que la decepción en la vida de la iglesia no debería ser una sorpresa, ya que la historia bíblica, desde el primer siglo, muestra que la fidelidad es la excepción, no la regla.
El Contexto de la Falla y el Ejemplo Raro de Tesalónica
Al final del siglo primero (alrededor del 90 d.C.), el Señor Jesucristo escribió siete cartas a siete iglesias en Asia Menor (hoy la Turquía moderna). Cinco de esas siete iglesias tenían deficiencias fatales y fueron condenadas o amenazadas por el Señor con dejar de existir si no cambiaban. Solo las iglesias de Esmirna y Filadelfia fueron elogiadas y no condenadas.
Esta tendencia a la deserción no es nueva, sino que ha ocurrido a lo largo de 2000 años, influenciada por la cultura circundante. El apóstol Pablo experimentó esta dificultad de primera mano con iglesias que él mismo plantó.
- Corinto: Carnal, mundana, soberbia y carente de amor.
- Galacia: Presa de un evangelio defectuoso, legalismo y deslealtad a la verdad.
- Éfeso: Soberbia, impaciente, aferrada a pecados pasados y espiritualmente débil.
- Colosas: Atraída hacia el legalismo, la sensualidad y la adoración de ángeles.
- Filipos: Marcada por la queja, la preocupación, la soberbia y la discordia.
En medio de este sufrimiento, la Iglesia en Tesalónica fue la “iglesia rara” que trajo gozo y solo gozo a Pablo. La preocupación por todas las iglesias era un dolor mayor para Pablo que el sufrimiento físico.
Tesalónica: Una Iglesia Fiel en un Mundo Pagano
Algunos podrían pensar que Tesalónica era fiel porque sus circunstancias externas eran menos desafiantes, pero la realidad era la opuesta.
El Entorno Hostil
Tesalónica era una ciudad grande (200,000 habitantes), cosmopolita, centro comercial y capital de Macedonia. Se encontraba en un mundo de idolatría, sin conocimiento de Dios ni del Antiguo Testamento.
- Crimen y Decadencia: El crimen era desenfrenado (muchas casas no tenían ventanas). La inmoralidad sexual (prostitución organizada), el abandono de bebés, el divorcio y los asesinatos eran comunes.
- Estructura Social: No había clase media; la mayoría de la población eran esclavos, controlados por élites paganas ricas.
Pablo llegó a esta ciudad alrededor del año 49 d.C. en su segundo viaje misionero. En la sinagoga, él predicó el evangelio durante tres días de reposo, exponiendo que Jesús era el Cristo. La respuesta del paganismo fue violenta: los judíos incrédulos contrataron a hombres violentos para formar una turba, resultando en que Pablo y sus compañeros fueran acusados de “trastornar el mundo entero” y contraviniendo los decretos de César al decir que había “otro rey, Jesús”.
El Gozo Apostólico
Un año después, Pablo (desde Corinto) escribe 1 Tesalonicenses, enviando a Timoteo para verificar la fe de esta “iglesia bebé” en el ambiente hostil. Timoteo regresó con “buenas noticias de vuestra fe y amor”.
El gozo de Pablo por los tesalonicenses era tal que declara que verdaderamente vive cuando ve su firmeza en el Señor. Su mensaje a ellos es simple: “sigan haciendo lo que están haciendo, mejoren”. Ellos son su esperanza, gozo y “gloria”.
Dos Factores Clave de la Iglesia Verdadera
Las similitudes entre la iglesia de Tesalónica y la iglesia actual de MacArthur (Grace Community Church) son inconfundibles, y esto se debe a dos categorías de realidad.
Categoría 1: Liderazgo Fiel (Liderazgo es Todo)
Una iglesia se convierte en lo que ha sido guiada a ser. El liderazgo fiel en Tesalónica, ejemplificado por Pablo, Silvano y Timoteo, se caracterizó por:
- Petición (Oración): El liderazgo se dedicó constantemente a dar gracias y orar por la congregación.
- Proclamación (Predicación): El evangelio no llegó solo en palabras, sino también “en poder, en el Espíritu Santo”. Pablo habló la Palabra de Dios sin concesiones, sin tratar de agradar a los hombres, sino a Dios. Entendían que “es la palabra de Dios la que hace el trabajo”.
- Pureza: Su exhortación no procedió de error, impureza, ni fue por engaño (hipocresía); se comportaron con santidad y fueron justos e irreprensibles.
- Paternidad (Cuidado): El liderazgo mostró un lado suave o maternal (“nodriza que cuida con ternura”) y un lado fuerte o paternal (exhortando y consolando como el padre a sus hijos).
- Perseverancia: Predicaron el evangelio “en medio de gran oposición” y fatiga, a pesar de haber sido ultrajados en Filipos.
- Propicio (Sacrificio): Trabajaron día y noche para no ser una carga económica para la congregación.
El objetivo de este liderazgo es que la gente camine de una manera digna del Dios que los llama a Su reino y gloria.