El ministerio de Cristo a su Iglesia verdadera
El pastor John MacArthur aborda Apocalipsis, Capítulo 1, como uno de los capítulos “más magníficos y gloriosos y dramáticos, instructivos y que exaltan a Cristo en toda la Sagrada Escritura”. Aunque el Libro de Apocalipsis es conocido por revelar el juicio futuro y el regreso de Cristo para establecer Su reino, el primer capítulo trata del presente, enfocándose en el ministerio actual de Cristo en Su iglesia verdadera.
El contexto de este mensaje surge tras un período de 18 meses (periodo COVID) donde el ministerio de la iglesia ha crecido asombrosamente, un resultado que MacArthur no considera accidental, ya que Dios está a cargo de todo. Este período ha servido como un juicio purificador para la iglesia, cerrando iglesias falsas e infieles, y poniendo fin al liderazgo narcisista. MacArthur ha visto la mano de Dios derribando lo que ha sido un juicio sobre Su iglesia.
1. La Revelación de Jesucristo y la Condición de la Iglesia
La “revelación de Jesucristo” (Apocalipsis) es el tema central del libro. Juan, el autor, se encontraba exiliado en la isla de Patmos por su fidelidad a la palabra de Dios y al testimonio de Jesús. Estaba desanimado, habiendo vivido la destrucción de Jerusalén y el martirio de sus compañeros apóstoles. Además, las siete iglesias que supervisaba en Asia Menor (la actual Turquía) también presentaban problemas graves: Éfeso había dejado su primer amor, Pérgamo era idólatra e inmoral, Sardis estaba muerta, y Laodicea era “tan falsa que le daban náuseas al Señor”.
En medio de este desánimo y confusión, Juan recibió una visión para animarlo. Estando “en el espíritu en el día del Señor” (un domingo), escuchó detrás de él una voz fuerte como “el sonido de una trompeta” que le instruyó a escribir lo que vería y enviarlo a las siete iglesias.
Identidad y Títulos de Cristo:
En esta visión, Cristo es identificado por títulos gloriosos:
- El Testigo Fiel, el Primogénito o Principal de los Muertos, el Soberano de los Reyes de la Tierra.
- El que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con Su sangre.
- El Alfa y la Omega, Principio y Fin, el Todopoderoso.
- El que vivo y estuve muerto, más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, Amén, y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
2. La Visión Central: Cristo en Medio de Su Iglesia
Juan se volvió y vio siete candeleros de oro. El misterio de los siete candeleros se revela: son las siete iglesias. Debido a que siete es el número de la finalización, representan a todas las iglesias en todos los periodos de tiempo. En el centro de los candeleros, Juan vio “a uno semejante al Hijo del Hombre”.
Esta es la única imagen en toda la Escritura de Cristo en Su iglesia. La pregunta de Juan (¿Se preocupa el Señor por Su iglesia?) recibe una respuesta inmediata:
A. Cristo Está Vivo en Su Iglesia (Residencia Inquebrantable):
El Señor habita Su iglesia. El título “Hijo del Hombre” es un título mesiánico tomado de Daniel 7:13-14, donde se le da dominio, gloria y reino. Las promesas son claras: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días” (Mateo 28:20) y “Yo no os dejaré” (Juan 14:18). La iglesia verdadera está asegurada; no importa cómo luche o vacile, el Hijo del Hombre está vivo en medio de ella. La comunión es inquebrantable.
B. Cristo Está Intercediendo por Su Iglesia (El Sumo Sacerdote):
El Hijo del Hombre estaba vestido de una ropa que llegaba hasta los pies (poderēs) y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Estas vestimentas, especialmente el cinto de oro, se refieren al sumo sacerdote en el Antiguo Testamento (Éxodo 28:8, 29:139). Esto indica que Cristo no solo está presente, sino que está intercediendo a favor de Su iglesia.
- Oración Infinita: Las oraciones de Cristo son infinitamente más grandes que las nuestras.
- El Ministerio Sacerdotal: Jesús intercede constantemente ante el Padre, siendo nuestro defensor contra Satanás, el acusador. En Juan 17, Jesús ora no por el mundo, sino por los que el Padre le dio, para que sean santificados en la verdad y lleguen al cielo.
- Seguridad Eterna: La intercesión de Cristo es una de las seguridades de la salvación; Él ora para que ninguno perezca.
C. Cristo Está Viendo y Disciplinando (Juicio y Santidad):
El cuerpo de Cristo en la visión no es solo túnica, sino también persona. Sus características denotan juicio, santidad y omnisciencia:
- Cabeza y Cabellos Blancos: Como lana blanca o nieve. Esto no significa ausencia de mal, sino una gloria resplandeciente, la luz blanca de Su santidad eterna y pura.
- Ojos como Llama de Fuego: Simbolizan la inteligencia santa penetrante y omnisciencia. Nada se le escapa. Él está plenamente consciente de los pecados de Su pueblo y su comportamiento.
- Pies de Bronce Bruñido: Refulgente como en un horno. El bronce bruñido (al rojo vivo) es un símbolo de juicio. Cristo confronta el pecado en Su iglesia (ej. Juan 15), y aunque intercede por ella, Él trae juicio sobre ella cuando es necesario.
D. Cristo Está Mandando con Autoridad (La Voz):
Su voz era como estruendo de muchas aguas. Este es un sonido fuerte que indica autoridad aplastante y mando. Cristo habla con toda autoridad a Su iglesia verdadera, lo que viene de Su palabra.
E. Cristo Está Protegiendo Su Iglesia (La Espada y la Mano):
Cristo tenía en Su diestra siete estrellas. Las siete estrellas son los ángeles o mensajeros (líderes, pastores) de las siete iglesias. Cristo los sostiene en Su diestra (la mano del poder y la autoridad), controlando a los líderes de Su iglesia y asegurando que nunca se quedará sin líderes fieles.
Además, de Su boca salió una espada aguda de dos filos. Esta espada es el instrumento de protección. Cristo es el protector principal de Su iglesia verdadera, y usará la espada de Su boca para pelear contra los falsos maestros que contaminan la iglesia (Apocalipsis 2:16).