Impulsado A Su Propósito | Joel Osteen

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Impulsado A Su Propósito

La vida del creyente rara vez es un camino de pura comodidad. A menudo, experimentamos cierres de puertas, pérdidas inesperadas o traiciones que nos fuerzan a movernos. El mensaje central es que Dios no está tan interesado en nuestra comodidad como en nuestro propósito. Por lo tanto, Él usará el disgusto y la adversidad para impulsarnos hacia un nuevo nivel de nuestro destino y una mayor influencia.

El destino que Dios tiene para Su pueblo es más grande de lo que se puede imaginar. Este potencial, talento y grandeza inherente a cada persona requiere que salgamos de la mediocridad y de nuestra zona de confort, y a veces, Dios mismo agitará el nido para forzarnos a cambiar.

1. El Principio del Impulso Divino: La Incomodidad como Promoción

Las dificultades que enfrentamos nunca estuvieron destinadas a detenernos; en cambio, tienen el propósito de promovernos, hacernos más fuertes y forzarnos a madurar.

A. Adversidad como Catalizador de Cambio

Dios sabe que, cuando todo está bien y estamos cómodos, no queremos estirarnos, desarrollar nuevas habilidades o aventurarnos a lo desconocido. Si Dios no hubiera cerrado ciertas puertas, estaríamos satisfechos quedándonos estancados.

El Señor utiliza la pérdida, la traición o la persecución no para hacer miserable la vida del creyente, sino para impulsarlo a su destino. Cada dificultad, cada adversidad y cada persona que lastimó fue parte del plan divino para prepararlo para los nuevos niveles.

B. El Enfoque en el Destino

Cuando se enfrenta una dificultad, la perspectiva correcta es clave. En lugar de criticar, quejarse o ser negativo, el creyente debe entender que la situación no está destinada a detenerlo, sino a promoverlo. El dolor es una señal de que está a punto de ver un nuevo nacimiento a una mayor dificultad y que está cerca de un nuevo nivel de su destino.

2. Puertas Cerradas y Pérdidas: No Son un Error

No todas las puertas cerradas son malas, y no toda persona que se marcha de nuestra vida es un error. El creyente no debe desanimarse ni amargarse por lo que no funcionó.

A. La Partida de Personas como Impulso

Dios a veces saca personas de la vida del creyente porque sabe que estas se convertirían en una muleta que lo alejaría de su destino.

El profeta Samuel amó y fue mentor del rey Saúl, pero cuando Saúl no hizo lo correcto, Dios le dijo a Samuel: “No llores lo que he rechazado”. Si se dejan de lado el desánimo y las quejas por quien se fue, Dios enviará a la gente correcta para la nueva estación.

B. El Ejemplo de la Paternidad Espiritual

Cuando el productor de televisión de Joel Osteen (un experto que había producido programas como Today y béisbol profesional) decidió irse repentinamente, Joel se sintió desilusionado y oró para que se quedara. Sin embargo, su partida fue el momento decisivo que lo forzó a salir de su zona de comodidad y a estirarse, impulsándolo a su destino. Joel Osteen afirma que si Dios hubiera contestado su oración y el productor se hubiera quedado, habría limitado su crecimiento.

3. La Metáfora del Nacimiento: El Proceso Inevitable de Crecimiento

El dolor y la incomodidad son señales de que algo mayor está a punto de nacer. El proceso de ser impulsado hacia el destino se asemeja a un parto.

A. Rompiendo la Comodidad del Útero

La vida en el útero es cómoda: hay paz, calma, y provisión constante. Sin embargo, si el bebé se queda demasiado tiempo en ese lugar protegido, el útero se convierte en una maldición, limitando su potencial y destino.

De manera similar, cuando el creyente está siendo empujado, está siendo apretado, presionado y estrujado. Esta incomodidad es la señal de que la puerta está abierta y algo nuevo viene en camino (crecimiento, oportunidades, nueva influencia). Dios no impulsaría al creyente si la puerta estuviera cerrada.

B. El Testimonio de la Tormenta

La adversidad no es un desvío, sino parte del plan. Cuando el Apóstol Pablo viajaba a Roma, enfrentó una gran tormenta que hizo encallar el barco. Lo que parecía una decepción se convirtió en una oportunidad: en la isla de Malta, Pablo sanó a los enfermos y compartió su fe con toda la isla.

Los vientos destinados a detenerlo fueron utilizados por Dios para impulsarlo a su destino. La tormenta llevó al padre de Joel Osteen de un ambiente ministerial restringido a un ministerio que tocó al mundo.

4. Casos de Estudio: La Traición como Promoción

La traición y el rechazo son herramientas que Dios usa para movernos a donde debemos estar.

A. El Despido de Steve Jobs

Steve Jobs, cofundador de Apple, se sintió traicionado y dolido al ser despedido de la compañía que él mismo había iniciado. Sin embargo, en lugar de compadecerse, comenzó otra compañía y aprendió nuevas habilidades. Estas habilidades fueron clave, pues años más tarde Apple compró esa nueva compañía y trajo a Jobs de vuelta como director general. Jobs reconoció que si no lo hubieran despedido, jamás habría aprendido esas habilidades que lo hicieron quien fue.

B. La Persecución de Felipe

La persecución que surgió en Jerusalén forzó a Felipe a dejar su ciudad natal e ir a Samaria. Felipe no decidió ir a Samaria; fue empujado fuera de su zona de comodidad. Fue precisamente en Samaria donde Felipe tuvo sus mejores días de ministerio. Si se hubiera quedado en Jerusalén (su zona de confort), no habría alcanzado su máximo potencial.

El principio es claro: si “Jerusalén” (la adversidad, la decepción, la traición) se cerró para usted, no se desanime, porque “Samaria” está a punto de abrirse.

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