Getting Rid of Shame
Título SEO Sugerido: Quitarse La Vergüenza | Cómo Dios Te Redime, Te Perdona y Te Da Doble Porción (Joel Osteen)
Meta Descripción Optimizada: La vergüenza es el recurso favorito del enemigo. Aprende a sacudirte la culpa, rechaza las etiquetas negativas y reclama tu identidad en Cristo. Dios te promete doble porción y bendición.
1. La Naturaleza Destructiva de la Vergüenza y la Voz del Acusador
Todos hemos escuchado la frase “Debería darte vergüenza” desde la niñez, usada para intentar convencer a la gente de mejorar. Sin embargo, la vergüenza es destructiva, ya que nos hace sentir culpables, indignos y como si no mereciéramos ser bendecidos.
La vergüenza es un recurso favorito del enemigo, quien es llamado el acusador. El enemigo trabaja tiempo extra para traer culpa y vergüenza, recordándonos cada error, fracaso e incluso intentando hacernos creer que fuimos culpables de cosas que no fueron nuestra culpa, como el abuso infantil. Esta voz murmura constantemente, haciendo que el individuo se sienta como si nunca pudiera recuperarse de sus errores.
La vergüenza tiene el poder de retenernos e impedir que alcancemos nuestro máximo potencial.
2. La Respuesta de Dios: Quitar el Reproche y la Culpa
La escritura afirma que Dios ha quitado nuestra vergüenza. Cuando el enemigo murmura “Debería darte vergüenza,” Dios responde: “Quita la vergüenza, te he perdonado, te he redimido, te hice valioso“. Lo que nos hicieron o lo que no nos hicieron no determina nuestro valor; nuestro valor proviene de Dios, nuestro Creador, quien nos coronó con Su favor y nos llama obra maestra.
El reproche significa vergüenza, culpa y desgracia. Tal como Dios quitó el reproche de Egipto de los israelitas antes de que pudieran entrar en la Tierra Prometida, Dios debe quitarnos el reproche antes de que alcancemos nuestro máximo potencial.
Si Dios no recuerda el error, yo tampoco voy a recordarlo. Cuando le pedimos perdón a Dios, Él no solo perdona, sino que lleva el error “más allá” y no lo recuerda jamás.
3. La Batalla de la Identidad: Rechazando las Etiquetas Negativas
El enemigo usa las etiquetas negativas para determinar quiénes somos. Es fácil dejar que un solo evento negativo (un fracaso, un divorcio, una bancarrota, una adicción) se vuelva nuestra identidad.
Al enemigo le encantaría ponernos etiquetas como adicto, infiel, divorciado, mal padre. Sin embargo, lo que hacemos no cambia nuestra identidad; todavía somos hijos de Dios altísimo.
El Ejemplo de Jacob
El ejemplo de Jacob ilustra el poder de la identidad divina. Su nombre original significaba estafador, defraudador, engañador, y vivió a la altura de esa etiqueta. Cuando Jacob se encontró con el ángel, confesó su identidad como Jacob (estafador). El ángel no lo condenó, sino que le dijo: “Tú no eres Jacob“. Dios le dio un nuevo nombre: Israel, que significa príncipe con Dios. Dios tomó a un hombre que había vivido una vida de deshonestidad y dijo: “Quito la vergüenza de Jacob; eres mi hijo, te he destinado para que dejes tu marca en tu generación, no en desgracia, sino para que seas príncipe y para que reines en la vida“.
El creyente debe sacudirse las etiquetas que dicen “dañado, maltratado, abusado” y ponerse etiquetas nuevas: aceptado, aprobado, valioso, obra maestra.
4. Pasos para Sacudirse la Vergüenza y Encontrar Sanidad
La clave es no aceptar la vergüenza y dejar de escuchar las voces acusadoras. Para avanzar, se debe:
- Perdonarse a sí mismo: A menudo, es más difícil perdonarse a sí mismo que perdonar a los demás.
- Contestar de inmediato: Cada vez que la voz murmura “Debería darte vergüenza,” se debe contestar: “No, no más vergüenza. Sé que mi reproche ha sido quitado“.
- Ser honesto y buscar ayuda: No permita que la vergüenza lo aísle. La verdadera sanidad comienza al ser honestos. La escritura dice: “Confiésense los pecados unos a otros para que sean sanados“. No se debe permitir que el miedo al juicio de otros lo aleje de su milagro, ya que todos lidian con algo.
- Perdonar a quienes lo lastimaron: Si se continúa afligiendo por el daño, se les está permitiendo que lo sigan lastimando. Suéltelos.
5. La Promesa de la Doble Porción y la Restauración
Dios promete que, en lugar de la vergüenza y el deshonor, el creyente recibirá doble porción. Dios va a recompensarle el doble por la injusticia que pasó, brindándole doble gozo, doble paz, doble honor y doble satisfacción.
Dios usará las cicatrices del creyente y las convertirá en belleza, usándolo para ayudar a otros que luchan con la misma situación.
Si el creyente se sacude la culpa y la vergüenza, entonces puede entrar a su tierra prometida y verá la sanidad, el avance y los niveles nuevos. Nada que haya hecho o que le hayan hecho ha cambiado su identidad; sus planes para usted aún son de bien y no de mal.
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