Frustraciones secretas | Joel Osteen

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Frustraciones secretas

La vida cristiana victoriosa a menudo esconde frustraciones secretas que nadie puede ver. Podemos estar bendecidos con salud, familia y trabajo, pero lidiar internamente con una tentación que no podemos vencer, una relación insatisfactoria, o una lucha de salud que no se resuelve. Esta contradicción—ayudar a otros a ver sus oraciones contestadas mientras las nuestras no lo son—puede llevar al creyente a la frustración interna.

El mensaje central es que Dios es un Dios soberano. Hay situaciones que Él no quita del todo o espera mucho para cambiar. La clave para el destino es confiar en que lo que Dios no remueve, si se maneja con la actitud correcta, no obrará en contra del creyente, sino obrará a su favor.


1. El Fundamento Teológico: La Gracia de Dios en la Debilidad

El modelo bíblico para manejar la frustración secreta es el Apóstol Pablo, quien pidió a Dios en súplica tres veces que le quitara su “aguijón en la carne”. Aunque Pablo fue influyente, educado y usado por Dios de forma increíble, la respuesta de Dios fue un rechazo, con una promesa: “Mi gracia es suficiente para ti; mi poder se nota mejor en la debilidad”.

A. Fe Más Allá del Sentido

Si usted ha implorado a Dios por un cambio en su salud, finanzas o relación sin ver mejora, no debe permitir que esa frustración robe su gozo o amargue su vida. La fe genuina es confiar en Dios cuando la vida no tiene sentido.

Smith Wiggleworth, un gran ministro que vio cientos de milagros, sufrió gran parte de su vida con piedras en los riñones, pero nunca se amargó. Él mantuvo la actitud de que la gracia de Dios era suficiente, incluso cuando no lo entendía.

B. La Contradicción Controlada

La frustración secreta puede ser irritante, pero no es un accidente. Si Dios no la quita, hay una razón. El dolor y la lucha están desarrollando músculos espirituales y no obrarán contra el creyente, sino a su favor, impulsándolo más alto.


2. El Testimonio de la Carga: El Significado del “Lecho”

La perseverancia en la lucha cambia la perspectiva del creyente sobre su debilidad.

A. De Carga a Recurso

Cuando Jesús sanó al hombre paralítico en el estanque de Betesda, le dijo que tomara su “lecho” (la estera) y caminara. El lecho, que antes era una limitación, se convirtió en un testimonio de lo que Dios había hecho en su vida.

De la misma manera, aunque Dios libere al creyente de ciertas cosas, puede que aún quede un “lecho”—una debilidad, una tentación persistente, o una limitación. Esta persistencia no es para retrasar, sino para inspirar y recordar al creyente de dónde vino. La debilidad le recuerda su dependencia de Dios.

B. El Poder en la Tartamudez

Dios no eliminó el tartamudeo de Moisés cuando lo llamó a enfrentar a Faraón. Si Dios hubiera necesitado quitar la tartamudez de Moisés para que cumpliera su destino, lo habría hecho. El principio es claro: Dios manifestará Su poder precisamente en la debilidad. El creyente tiene todo lo necesario para cumplir su destino, incluso con imperfecciones en el “vaso de barro”.


3. El Propósito de la Prueba: Carácter y Promoción

Las frustraciones secretas son, a menudo, un tiempo de prueba para desarrollar el carácter necesario para el próximo nivel.

A. La Preparación para la Bendición

Dios no le dará una bendición de 100 kg si sabe que solo puede levantar 50 kg. La lucha está preparando al creyente. Sus dones y talentos lo llevarán a cierto nivel, pero solo el carácter desarrollado en tiempos difíciles le permitirá permanecer allí.

El sufrimiento desarrolla el carácter requerido y nos hace crecer. Las cosas que no cambian nos están haciendo crecer y preparando para nuevos niveles de destino.

B. Fidelidad en el Desierto

El padre de Joel Osteen lidiaba con una frustración secreta al pastorear solo a 90 personas durante años, después de haber predicado a grandes multitudes. Él no vio crecimiento en el exterior, pero estaba cambiando internamente, desarrollando el carácter y probando a Dios que sería fiel en los tiempos difíciles. La fidelidad en el desierto es necesaria antes de recibir la tierra prometida.

C. El Ejemplo de Raquel y Lea

Todos lidiamos con algo. Raquel, aunque hermosa, lidiaba con la frustración de la esterilidad, mientras que Lea, con “ojos apagados”, lidiaba con la frustración de no ser amada por su esposo. La clave es no dejar que eso amargue la vida. La paz y la confianza permiten que Dios cambie o remueva lo que necesite ser cambiado o quitado.


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