FRACASA Rápido, APRENDE Rápido, CRECE Rápido

• Muchos hombres temen fracasar. Creen que el error es una mancha en su reputación, una prueba de que no son lo suficientemente buenos, un motivo para detenerse y no volver a intentarlo. Han sido educados para creer que fallar es sinónimo de perder y que el éxito pertenece únicamente a quienes lo hacen todo bien, a la primera. Pero esa es la mentira más grande de todas.
• Yo, Brian Tracy, he aprendido que el fracaso no es lo opuesto al éxito, es su cimiento. No existe progreso sin tropiezos ni crecimiento sin errores. Cada caída contiene una lección, cada error lleva un mensaje y cada intento fallido es una oportunidad disfrazada de decepción. Los hombres que entienden esto no temen fracasar, temen quedarse quietos.
• saben que cuanto más rápido se equivoquen, más rápido descubrirán lo que funciona, que cada fracaso no los aleja de la meta, los acerca a ella con más claridad, porque el éxito no llega al que evita el error, sino al que se atreve a actuar sin garantías, al que se levanta con más sabiduría que la última vez. No te avergüences de fallar.
• Avergénzate de no haberlo intentado. Fracasa rápido, aprende rápido y crece rápido. Porque la vida premia al hombre que se atreve, no al que espera. Fracasar rápido no significa rendirse, significa moverte con valentía, significa actuar sin esperar condiciones perfectas, sabiendo que equivocarte es parte del proceso.
• El hombre que teme al fracaso vive atrapado en la teoría, en el algún día, en los planes que nunca ejecuta. Habla, sueña, proyecta, pero no se mueve. Porque el miedo lo mantiene analizando en lugar de actuando. Pero la verdad es simple. Nunca estarás completamente listo.
• Nunca tendrás todas las respuestas y nunca sabrás si algo funciona hasta que lo pruebes. El progreso no se logra pensando, se logra haciendo y en ese inevitablemente fallarás. Pero cada intento, cada error, cada caída te acercará un paso más a la claridad que necesitas. Porque solo la experiencia, no los libros, no las ideas, te da la sabiduría real para mejorar. El fracaso, bien entendido, no te debilita, te purifica, te quita lo innecesario, te muestra lo que no sirve, te obliga a mirar lo que estabas ignorando.
• Cada vez que fallas, descubres una forma de no hacerlo la próxima vez. Y esa es la esencia del crecimiento. Los hombres exitosos no evitan el error, lo buscan. No porque disfruten perder, sino porque entienden que cada fallo acorta la distancia entre ellos y el resultado correcto. Si logras convertir cada error en un maestro, no existe pérdida posible.
• Todo te deja algo, todo te forma. La diferencia entre los que se quedan atrás y los que avanzan está en cómo interpretan el fracaso. Unos lo ven como un final, otros como una herramienta. Fracasar rápido es una estrategia, no una derrota. Porque el tiempo es el recurso más valioso que tienes y gastar años tratando de evitar el error es desperdiciarlo.
• Si algo va a salir mal, mejor que salga mal pronto, mientras aún puedes corregirlo. No esperes años para darte cuenta de que tu enfoque era incorrecto. Actúa, equivócate, ajusta y vuelve a intentarlo con más inteligencia. Así se acelera el crecimiento. Los hombres que triunfan no son los que nunca fallan, son los que fallan más veces en menos tiempo y aprenden de cada una.
• Porque cada fracaso que asumes te da una ventaja, sobre todos los que siguen paralizados esperando el momento perfecto. Pero hay algo aún más importante, aprender a fracasar sin destruir tu autoestima. Muchos hombres confunden el error con su identidad. piensan, “Fallé, por lo tanto, soy un fracaso.” Y no, fracasar no te define, te entrena.