De Ateo a Un Ministerio Profético: La Jornada de Salvación de
El Rabino Jonathan Cahn, conocido autor de best-sellers como El Presagio y El Oráculo, compartió su poderosa historia personal de conversión de ateo a un ministro profético.
I. Antecedentes Familiares y Primeros Años
La vida de Cahn está marcada por la intervención divina y el sufrimiento histórico judío:
- Supervivencia de la Shoá: Su padre, nacido en Alemania, escapó de Hitler en un tren siendo un niño y fue enviado a Inglaterra. Durante la guerra, fue transportado en un barco con nazis y terminó en un campo de prisioneros en Canadá. Cahn enfatiza que no estaría vivo si no fuera por la mano de Dios. Su madre, nacida en Brooklyn, era hija de judíos que escaparon del Zar en Rusia.
- Ausencia de Dios: Cahn se crio en un hogar judío tradicional en los suburbios de Nueva York, asistiendo a la escuela hebrea y celebrando las festividades (Pascua, Janucá). Sin embargo, se dio cuenta de que no se hablaba de Dios en la vida cotidiana. Observaba la sinagoga y no veía la presencia del Dios que leía en la Biblia (David, los profetas). A los ocho años, se convenció de que no había Dios y se declaró ateo.
- La Búsqueda de la Verdad: Siendo adolescente, sintió que “no podíamos existir sin razón” y comenzó una búsqueda de la verdad a los 12 años. Leyó libros de ciencia, religión, lo oculto, ovnis (incluyendo Carros de los Dioses), y la figura de Jesús (Yeshua) seguía apareciendo en sus lecturas.
II. El Engaño Divino y el Trato con Dios
La conversión de Cahn comenzó con un evento fortuito que él llama un “engaño” de Dios:
- El Libro Profético: Cahn tomó un libro pensando que era sobre ovnis, pero era El Último Gran Planeta Tierra de Hal Lindsey. Al leerlo, se dio cuenta de que todo lo profetizado en la Biblia, incluyendo el regreso de Israel, se estaba cumpliendo, algo que nadie le había enseñado. Se dio cuenta de que solo la Biblia hablaba con autoridad.
- Predicando sin Ser Salvo: A pesar de que aún no era creyente, comenzó a compartir las profecías de la venida del Señor con sus amigos, y la gente se estaba convirtiendo, mientras que él seguía sin conocer al Señor en su corazón.
- La Resistencia: Para Cahn, aceptar a Jesús era un tabú. Temía que aceptar a Dios significaba “renunciar a todo lo bueno,” como su banda de rock, y convertirse en un monje.
- El Trato: Intentando ganar tiempo, hizo un trato “muy judío” con Dios: “Si me das una vida larga, te aceptaré cuando vaya a morir”.
III. Intervención Divina y El Tren
Inmediatamente después de hacer su trato, Cahn enfrentó dos encuentros cercanos con la muerte:
- Primer Aviso: Estando en un automóvil con un amigo, estuvieron a punto de chocar de frente con otro coche en un giro fuera de control, pero se salvaron por poco.
- El Choque del Ford Pinto: Poco después, mientras se dirigía a la universidad en la noche, se detuvo ante una vía de tren. La luz de advertencia estaba encendida, pero otros autos cruzaban, por lo que decidió verificar si el tren realmente venía. Se detuvo en la vía. Sintió una necesidad de retroceder un poco (unos 30 centímetros), y al momento, el tren impactó su automóvil, un Ford Pinto, un modelo conocido por explotar. El auto fue destruido por completo (“como papel aluminio”), pero Cahn salió ileso, sin un solo rasguño.
Cahn vio esto como el segundo “strike” de Dios y decidió renegociar el trato: “Te aceptaré ahora… Cuando cumpla 20”. Esto le dio nueve meses adicionales, ya que tenía 19 años. Él eligió el número 20 porque era “un número par y agradable” para ganar más tiempo.
IV. El Misterio de la Conversión
- El Cumplimiento de la Promesa: Justo al cumplir 20 años, Cahn sintió que el “contrato había terminado”. Salió en su automóvil, encontró una montaña que nunca había visto, se arrodilló en una roca en la cima y fue “nacido de nuevo”.
- La Revelación Profética de la Edad: Más tarde, leyendo la Biblia, descubrió el misterio de que los hijos de Aarón (los sacerdotes de Israel, a cuya tribu de Leví pertenecía Cahn) entraban al servicio del Señor al cumplir los 20 años, lo que coincidía exactamente con el día en que fue salvo.
- El Altar de Satanás: Años después, Cahn regresó a la montaña para orar y agradecer a Dios. Descubrió por medio de una residente local que la montaña estaba dedicada a Satanás y que la roca donde oró era el “altar”. Había palabras escritas: “Ningún judío entrará en estas tierras sagradas,” a lo que Cahn respondió: “Demasiado tarde, Satanás, estoy dentro”.
V. Ministerio y Mensaje
Cahn enfatiza que su caminar ministerial comenzó en esa montaña, lo que explica por qué su ministerio siempre incluye enfrentamientos con “montañas malditas de dioses e ídolos”.
- La Profecía de Jesús (Yeshua): Cahn afirma que el 100% de las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento se cumplieron en la persona de Jesús (Yeshua).
- Superando el Odio: Si bien muchos judíos rechazan a Jesús porque el enemigo ha utilizado Su nombre para perseguirlos, la fe es inherentemente judía, y Jesús es el “Salvador judío”. La iglesia también está volviendo a sus raíces judías.
- Esperanza Familiar: Aunque su padre falleció, su madre (de 96 años) está abierta y orgullosa de él, y algunos de sus hermanos también han aceptado su ministerio.
- Llamado a la Verdad: Cahn anima a aquellos que se sienten lejos de Dios (especialmente los escépticos) a abrir su corazón y buscar sinceramente, ya que Dios lo encontró a él, la persona “menos probable” (un ateo judío).