Cuando los pensamientos te controlan
La mente es el campo de batalla principal donde el diablo intensifica sus ataques. Nuestro mundo de pensar dirige nuestras emociones, las cuales a su vez causan nuestras reacciones y acciones. Cuando una acción se repite constantemente, define quiénes somos como personas. La clave para una vida cristiana transformada y feliz reside en la renovación de la mente y la obediencia de nuestros pensamientos a Jesucristo.
Si el creyente es honesto, muchos se encuentran esclavizados a sus propios pensamientos negativos. Vivimos en una “nube oscura” de resentimiento, culpa, amargura, duda, preocupación y ansiedad, la cual le roba el espacio a los pensamientos saludables que Dios quiere proveer.
I. El Poder Transformador de un Pensamiento Nuevo
Aunque somos una nueva criatura en Cristo, nuestra manera de pensar (nuestra “energía”) sigue siendo antigua y no proviene de Dios, sino del “antiguo hombre”. Es crucial entender que la mayoría de los límites que enfrentamos se encuentran en nuestra propia mente.
La transformación radical de la vida puede estar solamente a la distancia de un pensamiento nuevo. Sin embargo, la dificultad radica en que, al salir de la iglesia, a menudo regresamos a la antigua manera de pensar, dominada por la depresión, la inseguridad y la negatividad.
La Influencia del Pasado en la Mente
Muchos creyentes están pensando en el pasado, limitados por sus errores anteriores, en lugar de proyectarse hacia el futuro que Dios tiene para ellos.
- Proyección de Heridas: Hay quienes están atorados en el abandono de sus padres o el rechazo de una relación previa, trayendo ese dolor y desconfianza a las nuevas relaciones, incluso con Dios.
- Malentendidos Relacionales: Algunas personas llegan a proyectar sobre Dios la manera en que el hombre les ha tratado, o le señalan por cosas que sucedieron en la niñez, viviendo en inseguridad, depresión y ansiedad.
- Impacto de la Crianza: La manera en que amamos y recibimos amor tiene que ver directamente con nuestra crianza durante la infancia y adolescencia. Por ejemplo, no recibir afecto saludable de un hombre en la niñez puede generar incomodidad al recibir afecto de un hombre en la edad adulta.
II. La Lucha Interna: ¿Quién Controla Mi Vida?
Nuestros pensamientos dictan quiénes somos, según Proverbios 23:7: “Cuál es su pensamiento en su corazón es quién eres tú”. El corazón es el asiento de las emociones, por lo que el pensamiento afecta directamente las emociones.
El Límite de la Mente
La mente tiene una capacidad finita. Si la “caja de pensamientos” está llena de negatividad (preocupación, amargura, enojo), no queda espacio para el bien que Dios quiere hacer. La oscuridad (negatividad) empuja a la luz (paz, buenas ideas).
La Resistencia al Cambio
Renovar el entendimiento (la mente) es trabajo. Preferimos la “carretera conocida” (los viejos errores y patrones) que la incomodidad de lo desconocido, porque lo nuevo requiere fe. La falta de deseo de practicar o hacer la “tarea” se debe a que a veces el creyente prefiere el entretenimiento antes que el verdadero cambio. Es como el proverbio que dice que el perro regresa a su vómito, y volvemos a lamer los mismos errores.
El Drama de la Esclavitud
Si permitimos que nuestros pensamientos negativos sigan su curso, ellos nos tomarán cautivos. Estamos atados por cadenas invisibles y no tenemos control de nuestra vida. El diablo viene después de que se comete el error para condenar y reforzar la mentira: “Yo te dije que no servías para nada,” “yo te dije que te debes divorciar”.
III. La Estrategia Bíblica: Llevando Cautivo Todo Pensamiento
La batalla, el argumento y la pelea no está con otros, sino en la mente. El camino a la libertad se encuentra en la obediencia a Cristo.
La Biblia, en 2 Corintios 10:5, establece la estrategia divina:
“Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo”.
Debemos decidir: o vamos a llevar nuestros pensamientos cautivos, o nuestros pensamientos nos llevarán a nosotros cautivos.
La Autoridad de la Mente Renovada
Para transformar la vida, no solo se necesita saber qué es correcto, sino a quién conocemos. El creyente debe entregar su vida a Cristo, quien es nuestro Amo y Maestro. La fuerza mental de personas como David, que venció a Goliat, no residía en su poder físico, sino en su fuerza mental y su meditación en la presencia de Dios. La victoria está en la convicción y la fe que opera a través de la obediencia.
IV. Pasos Prácticos para la Renovación del Entendimiento (SEO)
La renovación del entendimiento requiere un compromiso diario.
1. Compromiso con la Tarea y la Meditación
Dedique tiempo a solas con Dios. El creyente debe tomar la decisión de hacer la tarea y practicar el mensaje, en lugar de solo buscar entretenimiento.
- Meditación Diaria: Apartar un mínimo de cinco minutos al día (five minutes a day) para sentarse con sus pensamientos y meditar es crucial.
- Diario de Pensamientos: Use una caja física (de zapatos o Amazon) y un papel. Anote cada pensamiento negativo que llegue a su vida y métalo a la caja.
2. Sometimiento Inmediato del Pensamiento
El creyente debe tomar el pensamiento cautivo y detener su carrera destructiva antes de que se adelante.
- Obediencia Continua: Se debe llevar los pensamientos a la obediencia de Cristo todos los días.
- Sin Negociación: Si el pensamiento no viene de Dios o no es saludable, debe ser rechazado.
3. Preguntas Clave para Desafiar la Mentira
Cuando un pensamiento negativo o una suposición llega, hágalo consciente y desafíelo con la verdad:
- Hechos vs. Suposiciones: “¿Estás basado en hechos o estoy asumiendo lo peor?”.
- Pasado vs. Futuro: “¿Eres parte de mi pasado o eres parte del futuro que Dios quiere para mí?”.
- Propósito: “¿Estás relacionado a las metas y sueños que Dios tiene para mí?”.
- Verdad vs. Mentira: “¿Eres verdad o es mentira? ¿Vienes de Dios o vienes del Diablo?”.
4. Transformación Relacional (El Ejemplo del Cónyuge)
La amargura o el conflicto a menudo provienen de la manera en que pintamos a otros.
- Pintar la Realidad de Cristo: El Espíritu Santo puede darnos un nuevo pensamiento que transforma las relaciones. En lugar de ver a un ser querido (cónyuge, padres) como un enemigo (pintándolo en luz oscura), debemos verlo como nuestro mejor amigo o aliado, reconociendo que Dios no quiere que esa persona nos haga daño.
- Servicio en Lugar de Egoísmo: La mentalidad de Cristo es el servicio. En lugar de entrar a la casa esperando ser servido, el pensamiento de Jesús enseña que el mayor es el siervo, transformando la vida y las acciones.