Arrows in the hands of warrior fathers – Psalm 127:1-5 (Q1796)
Bienvenidos a El Amor Que Vale, el ministerio de predicación del Dr. Adrián Rogers, cuyo propósito es alcanzar y desafiar a los cristianos en su caminar diario con Dios. El mensaje de hoy aborda una de las necesidades más grandes del mundo: tener mejores padres y padres fieles.
El mensaje se titula “Flechas en manos de padres guerreros”. La Biblia, específicamente el Salmo 127, establece una analogía poderosa: los hijos son comparados con flechas y el padre con un poderoso guerrero, el arquero de Dios. Cuando el padre apunta al blanco, los hijos están destinados a dar en el blanco, entendiendo que la flecha no es más efectiva que el arquero.
El Fundamento Espiritual del Hogar: Salmo 127
El Salmo 127 es la base de este principio de paternidad:
- Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que edifican.
- Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
- Herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.
- Como saetas en manos del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.
- Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.
Este pasaje es una advertencia de que cualquier esfuerzo sin el Señor es en vano.
I. El Arquero Debe Ser Diestro y Fuerte: El Desarrollo Personal del Padre
Para que la flecha dispare derecho, el guerrero (el padre) debe ser diestro y fuerte. Un padre no puede ser un buen padre si no desarrolla su fuerza espiritual, emocional y mental.
Un buen arquero en tiempos bíblicos requería una fuerza impresionante para jalar un arco de hasta 100 libras y lanzar una flecha entre 300 y 400 yardas. De manera similar, se requiere un hombre poderoso para criar hijos.
Es importante notar que si un hijo fracasa, no será totalmente culpa del padre. Un guerrero puede apuntar bien, pero un viento repentino o una flecha defectuosa pueden alterar el camino. El predicador recuerda que el Dios omnipotente tuvo hijos en el Jardín del Edén que pecaron. Sin embargo, se enfatiza que, en la mayoría de los casos, si el hijo fracasa, es porque el guerrero no ha tirado del arco y lanzado la flecha con buena puntería.
II. De Ramitas a Flechas Afiladas: Moldeando el Carácter del Hijo
Los hijos no nacen como flechas; nacen como ramas torcidas. La Biblia declara que “se apartaron los impíos desde la matriz”. Por lo tanto, es responsabilidad del padre:
- Alistarlas y Moldearlas: No se puede lanzar bien con flechas torcidas.
- Afilarlas y Lanzarlas: Este es el proceso que convierte una ramita en una flecha funcional.
Efesios 6:4 instruye a los padres a criar a sus hijos en la disciplina y amonestación del Señor.
Midiendo al Padre por la Salud de la Familia
La salud emocional y espiritual de la familia, visible en los hijos, es la medida de un padre. Sus “flechas” deben ser rectas, afiladas, fuertes y equilibradas.
A. Comenzar Temprano
Si se quiere hacer flechas de las ramas, se debe comenzar cuando los niños son pequeños. En la juventud, los factores de curiosidad, memoria, confianza y humildad son altos, permitiendo que el niño sea moldeado y formado. Un niño pequeño no preguntará por qué, y un colegial querrá ayuda con sus tareas; pero esa ventana se cierra.
B. Formar Firmeza de Carácter (Integridad)
La cultura moderna enfatiza los deportes, las notas, la popularidad y las posesiones. Sin embargo, la integridad y el carácter son lo que el país y la sociedad carecen. El padre guerrero debe asegurarse de que sus flechas sean rectas; esto es la integridad.
C. Poner Límites Firmes
Los padres deben poner límites y metas. La Biblia, en 1 Samuel 3:13, muestra que Dios juzgó la casa de un hombre piadoso que falló porque sus hijos blasfemaron a Dios y él no los estorbó.
Los límites son puestos a prueba por los hijos. Si los padres no tienen firmeza, los hijos perderán su sentido de seguridad, ya que la falta de limitaciones les comunica que han sido rechazados. Una advertencia clave es: “Si usted no conquista a su hijo, otra persona lo hará”.
D. Asignar Responsabilidad
La instrucción de la Biblia (“instruye al niño”) significa capacitarlos y entrenarlos. Es un error darles demasiadas cosas sin esfuerzo; es necesario enseñar la conexión entre esfuerzo y recompensa. Los hijos deben aprender cómo gastar, ahorrar y dar, ganándose algo.
III. Viviendo una Fe Visible: El Hogar del Guerrero
Los hijos necesitan ver a Dios trabajar en su hogar. La fe se comunica a través de las acciones de los padres:
- Diezmar: Si los padres diezman, comunica que Dios es más importante que el dinero.
- Asistir a la Iglesia: Ir a la iglesia en la mañana comunica que la adoración es importante. Un programa de televisión no sustituye el ir a la iglesia.