Ya Está Derrotado
La vida del creyente se define por una verdad inquebrantable: el enemigo ya ha sido derrotado. A menudo, enfrentamos situaciones que parecen abrumadoras o que deberían detenernos, lo cual es fácil que nos lleve a vivir con miedo e intimidados. Sin embargo, la Escritura en 1 Juan 4 declara que, como pertenecemos a Dios y somos Sus hijos, ya hemos derrotado al enemigo. Dios no está en el cielo luchando ahora para liberarnos, sanarnos o favorecernos; la batalla ya se ganó hace 2,000 años cuando Jesús salió de la tumba.
1. El Fundamento de la Victoria: Jesús Redujo al Enemigo a Cero
Jesús se encargó de todo lo que puede detenernos, derrotando al enemigo de una vez por todas.
A. La Derrota Total del Adversario
La Escritura afirma que Jesús “dejó al enemigo sin poder”. Una traducción incluso dice que “Lo redujo a nada”. “Nada” significa cero, lo que implica que la derrota fue decisiva e indiscutible.
Jesús vino a la tierra “para destruir las obras del enemigo”. Al ser colgado en la cruz, el amor lo sujetó. Él aplastó la cabeza de Satanás y le quitó todo su poder, abriendo el camino para que vivamos una vida victoriosa.
B. El Despeje del Camino
El camino ya ha sido despejado de todo lo que pudiera dañarnos. Jesús fue delante de nosotros y derrotó a esos enemigos.
- El príncipe de este mundo (el enemigo) vendrá, trayendo dificultades y cosas injustas, pero no tiene poder sobre el creyente.
- La victoria de Jesús es nuestra victoria, y Su conquista es la razón por la que podemos caminar en libertad. Jesús nos dio las llaves, dándonos autoridad para vivir en victoria.
2. Desenmascarando el Engaño: El Ruido de la “Serpiente Muerta”
Aunque el enemigo está totalmente derrotado, todavía hace “mucho ruido”.
A. El Rugido y la Mentira
La Escritura describe que el enemigo “anda como león rugiente”, pero es importante notar que es solo como un león; no es un león.
- Ruido Intimidante: El enemigo no puede dominar ni controlar nuestro destino, pero es ruidoso. Rugirá pensamientos negativos: “esta enfermedad será tu fin,” “nunca conocerás a la persona correcta,” “has cometido demasiados errores”.
- La Táctica del Engaño: Las únicas herramientas que tiene el enemigo son el engaño y la mentira. Intenta desuadirnos de nuestro destino con un gran ruido: “no puedes sanar,” “este problema es muy grande,” “no subas a ese avión”.
- La Serpiente Muerta: El creyente no debe dejar que una “serpiente muerta” le impida avanzar. La cabeza del enemigo ya fue aplastada. No debemos dejar que el miedo nos paralice o creamos que el obstáculo es demasiado grande, ya que la cabeza ya está aplastada.
B. El Poder que Usted Le Otorga
El enemigo solo tiene el poder que usted le da al creer sus mentiras. Si el creyente tiene una mentalidad de derrota (“estoy bajo ataque,” “no sé qué voy a hacer”), está cediendo autoridad.
Es necesario ignorar el ruido, porque ladra, pero no muerde. Debemos recordarle al enemigo que no tiene poder sobre nosotros, porque ya ha sido derrotado.
3. Activando la Victoria: Estrategias de Fe y Acción
Para ver la victoria de Jesús manifestada, el creyente debe adoptar una perspectiva correcta y realizar acciones de fe.
A. Orar Desde la Victoria, No Por Ella
El creyente debe orar desde la victoria, no por la victoria.
- Declaración de Fe: Se debe orar diciendo: “Padre, gracias porque soy libre, soy sanado, soy perdonado, soy próspero, soy victorioso“.
- Actitud de Ataque: La actitud correcta es que el enemigo no tiene poder, y debemos estar al ataque. Se debe dar gracias porque toda fuerza que intenta detenernos ya ha sido derrotada.
B. Fortaleza y Hazañas Sobrenaturales
Cuando conocemos a Dios y entendemos que Él ya derrotó al enemigo y le quitó su poder, nos volvemos fuertes y haremos hazañas.
- Perspectiva Correcta: El conocimiento de que el enemigo ha sido reducido a cero nos da una fuerza sobrenatural.
- Resultados de la Fe: Con esta fuerza, no nos derrumbaremos ante los problemas, no nos rendiremos porque alguien nos haya hecho daño, y superaremos adicciones y veremos sueños más grandes.
C. Hacer lo que el Padre Requiere (Avanzar)
El príncipe de este mundo vendrá, pero debemos hacer lo que el Padre requiere.
- El Requisito de la Fe: Lo que el Padre requiere es que avancemos con fe. No podemos quedarnos sentados en miedo, lamentándonos porque las cosas no son justas.
- Ejemplos de Avance: José tuvo que ir y tomar lo que le pertenecía, a pesar de que Herodes (o la adversidad) había muerto. Moisés tuvo que regresar a Egipto (al lugar que temía) porque Dios le aseguró que sus enemigos ya habían muerto.
- No Quedarse en la Habitación: No debemos quedarnos en la “habitación” del miedo o donde “es seguro,” sino seguir adelante, creer por nuestra sanidad, declarar victoria sobre nuestros hijos, y tomar posesión de lo que Dios prometió.