PRÉDICA Del quebranto a la paz | Pastor Freddy DeAnda

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PRÉDICA Del quebranto a la paz

La vida en esta tierra, lejos de ser un hogar permanente, está llena de luchas, perplejidades y situaciones que humanamente no podemos manejar. El creyente se enfrenta diariamente a la depresión, la ansiedad, la culpa o relaciones rotas, a menudo sintiéndose solo y derrotado. Jesús, consciente de nuestra necesidad, prometió: “No los voy a dejar huérfanos”, sino que enviaría otro Consolador, el Espíritu Santo, para asistirnos.

La Victoria Espiritual depende de entender y activar esta ayuda divina que reside en nosotros.


1. El Privilegio del Nuevo Pacto: El Consolador Permanente

El mayor privilegio y poder del creyente en la era del Nuevo Pacto es la presencia permanente del Espíritu Santo. A diferencia del Antiguo Testamento, donde Dios solo prestaba el Espíritu Santo temporalmente para una obra específica (como en David, Moisés o Daniel), desde el momento en que usted cree en Jesús:

  • El Espíritu Santo Sella la Salvación: El Espíritu Santo es el sello de la salvación. Él es la “tercera parte de la Trinidad” viviendo continuamente dentro de nosotros. Él es nuestra garantía y protección hasta el día de la redención.
  • La Promesa de Poder: Jesús prometió que el creyente que en Él cree haría “aún mayores obras” que las que Él hizo, debido a la ayuda del Consolador.
  • La Persona Viva: El Espíritu Santo no es un mero poder o un movimiento, sino una Persona viva que habita dentro de cada uno de nosotros. Él está con nosotros 24 horas al día.

Si el Espíritu Santo, igual de poderoso que Jesús, vive en usted, no debe vivir derrotado, sintiendo que no tiene poder o esperanza.

2. El Obstáculo: Desconexión y Resistencia Espiritual

Si el poder de Dios reside en el creyente, ¿por qué muchos viven frustrados, llenos de amargura y sin señal espiritual? La razón principal es que el creyente, a pesar de tener a Dios, vive “como que Dios no existe en nosotros”.

La Guerra Espiritual en la Mente

El diablo busca la división, separación y soledad. La estrategia del enemigo es llenar nuestro corazón y nuestra mente con palabras y pensamientos destructivos. El diablo disfraza su voz para que pensemos que el pensamiento negativo es nuestro y no provino de él.

El problema que enfrentó el apóstol Pedro con Ananías es un ejemplo clave: Satanás llenó el corazón de Ananías para que mintiera al Espíritu Santo. De manera similar, nosotros pensamos en el divorcio, nos llenamos de amargura y pensamos de manera antibíblica, sin darnos cuenta de que estamos dejando que el enemigo llene nuestro espacio.

La Resistencia a la Guía

El problema no es que el Espíritu Santo no quiera llenar o guiar, sino que nosotros le resistimos. Estamos tan llenos de las cosas de este mundo, de orgullo, enojo y resentimiento, que no hay espacio en nuestro horario ni en nuestro corazón para escuchar la voz de Dios.

Cuando el Espíritu Santo nos pide hacer algo y no lo hacemos, estamos literalmente rechazando a Dios.

3. La Estrategia Bíblica: Vaciamiento y Humildad

Para que el Espíritu Santo nos llene de Su poder y verdad, el creyente debe tomar una decisión radical: vaciar su propia casa y limpiarla.

Vaciar el Vaso Interior

Si un vaso está lleno de jugo de piña, no se puede llenar con jugo de mango a menos que se vacíe. De la misma manera, no hay espacio para la palabra o el poder de Dios si nuestra mente está llena de amargura, enojo, tristeza, orgullo y pensamientos negativos.

  • Dejar el Pasado Atrás: Hay que dejar de usar el mismo tiempo que se dedica a “pensar mal de otros” y “dejar que Satanás llene la mente” para concentrarse en vaciarse y seguir a Jesús.
  • Priorizar la Pasión: En lugar de preocuparse excesivamente por el futuro o las finanzas, el creyente (especialmente los jóvenes) debe concentrarse en seguir a Dios con toda su pasión; Dios dirigirá el resto en Su tiempo perfecto.

La Batalla Contra el Orgullo y la Amargura

El orgullo es el pecado original, la exaltación propia, y es lo que más impide la obra del Espíritu. La única manera de abrir espacio para el Espíritu Santo es a través de la humildad.

En el contexto de la familia y el conflicto, cuando el orgullo desaparece y la persona se humilla, el Espíritu Santo puede entrar y transformar la guerra en paz, hermosa y santa.

4. La Consecuencia de la Resistencia: Contristar al Espíritu Santo

El Espíritu Santo, al ser una Persona, puede ser entristecido (contristado) por nuestra desobediencia y nuestras actitudes.

El Apóstol Pablo advierte en Efesios 4 que el creyente no debe contristar al Espíritu de Dios. Esto sucede cuando permitimos que la amargura, el enojo, la ira, la gritería y la maledicencia dominen nuestro comportamiento.

  • Palabras Corrompidas: Atacarnos o hablar de manera grosera y corrompida es contristar al Espíritu.
  • Dar Lugar al Diablo: Al ceder a la amargura y el enojo, le damos lugar al diablo en nuestras vidas.
  • El Desastre Personal: Si permitimos que el Espíritu abra la puerta de nuestra vida y se encuentre con un desastre (horas en redes sociales, televisión, ocio), donde hay falta de perdón y groserías, estamos rechazando Su poder para empoderarnos y guiarnos.

El Espíritu Santo es la herramienta que Dios nos dio para tomar cada decisión correcta, guiándonos en dónde ir, qué decir, y con quién andar.


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