Obstáculos para llegar al cielo
Descubra la esperanza segura y el perdón total que se encuentra en Jesucristo, un mensaje predicado apasionadamente por Billy Graham a lo largo de más de 50 años. Este recurso esencial detalla el propósito de la venida de Jesús—buscar y salvar lo que se había perdido—e identifica los obstáculos modernos que impiden a las personas experimentar la salvación y el gozo prometidos.
Billy Graham: Un Legado de Fe y Alcance Global
Billy Graham es reconocido entre los líderes religiosos más influyentes en la historia del mundo. Durante más de 50 años, impactó a más de 210 millones de personas y unió razas y denominaciones al predicar en 185 países. Su mensaje central es que Cristo pertenece a todas las personas y a todo el mundo. Graham afirmó que acepta la revelación de Dios por fe, incluso en las cosas que no comprende.
La Historia de Zaqueo: El Pecador Encontrado
La transformación de Zaqueo en Jericó ilustra perfectamente la misión de Jesús.
El Hombre Más Odiado y Solo
Zaqueo era un hombre rico, jefe de los publicanos (cobradores de impuestos). Era el más odiado y despreciado de su ciudad y un marginado social. Como judío, era visto como un traidor por recaudar impuestos para Roma (el país ocupante) y cobrar de más para llenar sus propios bolsillos, volviéndose muy rico.
Era un hombre solitario, sin amigos, cuya soledad lo pudo haber llevado a la amargura.
Superando los Obstáculos Físicos y la Curiosidad
Zaqueo enfrentaba varios obstáculos para ver a Jesús:
- La Multitud: La gente se lo impedía.
- Baja Estatura: Era de pequeña estatura.
Para superar esto, Zaqueo se adelantó y se subió a un sicómoro. Su motivación era la curiosidad, y muchas personas hoy también encuentran a Cristo por esta misma curiosidad.
El Llamado Personal y la Restitución
Al llegar al árbol, Jesús lo llamó por su nombre con un llamado urgente: “Zaqueo, baja enseguida, tengo que quedarme en tu casa”. Zaqueo se apresuró y lo recibió muy alegre. Al ver esto, la gente murmuraba, ya que Jesús se hospedaba con un pecador.
Zaqueo respondió con un acto de arrepentimiento y restitución:
- Prometió dar a los pobres la mitad de sus bienes.
- Si había defraudado a alguien, prometió devolver cuatro veces la cantidad.
Su restitución le costó algo, pero la hizo con nueva alegría en su corazón. Jesús declaró: “hoy la salvación ha llegado a esta casa”.
Los Obstáculos Modernos para la Salvación
Existen muchos obstáculos para llegar a Jesús hoy. El diablo trabaja programando el lenguaje y la duda, pero Dios también trabaja.
Pecados Secretos e Hipocresía
Uno de los mayores obstáculos son los pecados secretos.
- El Señor mira el corazón, no la apariencia exterior. Él conoce lo que se imagina, lo que se piensa, las fantasías, la codicia, el orgullo, los celos y la avaricia.
- Muchos miembros de la iglesia, oficiales o maestros de escuela dominical, saben que en su interior su corazón es tan oscuro como el de los peores pecadores, lo que los hace sentir como hipócritas.
La Arrogancia Religiosa
La arrogancia también es un obstáculo, similar a los hipócritas en los días de Jesús. Se refiere a aquellos que son “limpios ante sus ojos y bien no se ha limpiado de su inmundicia”. Jesús discutía y debatía principalmente con los líderes religiosos que no vivían como debían vivir, desenmascarando a los pecadores religiosos.
El Camino a la Nueva Vida: Urgencia, Arrepentimiento y Fe
El Evangelio no ofrece una gracia barata o una salvación barata. Se requiere una decisión de corazón.
Un Llamado Urgente
El llamado de Jesús fue urgente: “de prisa baja ahora”. La Biblia no ofrece promesas para mañana; es HOY el día de salvación.
Los Tres Pasos Esenciales
Para recibir a Cristo y la nueva vida, se deben dar tres pasos:
- Arrepentimiento: Esto significa cambiar tu forma de vivir, tus pensamientos sobre Cristo, Dios y ti mismo. Debes estar dispuesto a renunciar a algunas cosas equivocadas y caminar con Él. Arrepentimiento no es solo decir “Lo siento” o “He pecado”; significa cambio (metanoia), donde “las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas”.
- Recibirlo por Fe: Se debe creer en Su nombre con una fe simple, como la de un niño pequeño que confía en sus padres. La fe significa poner toda la confianza y fuerza en Jesucristo.
- Estar Dispuesto a Seguirlo y Obedecerlo: Esto incluye leer las Escrituras, dedicarse a la oración y ser un testigo.