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Receive When You Believe

Título SEO Sugerido: Recibe Cuando Crees: La Clave de la Fe para la Sanidad y los Avances Inmediatos (Marcos 11:24)

Meta Descripción Optimizada: Descubre el poder de recibir por fe tu sanidad, liberación y prosperidad en el reino invisible. Aprende a dejar de rogar y a descansar en Dios con la certeza de que tu milagro ya sucedió.


1. El Principio Fundamental: Recibir por Fe en el Momento de la Oración

El principio central de la enseñanza, basado en Marcos capítulo 11, es que no debemos esperar a que las cosas cambien en el futuro para creer, sino creer que ya hemos recibido lo que pedimos cuando oramos. Jesús no dijo “Crean que va a suceder”, sino “Todo lo que pidan cuando oren crean que lo han recibido y lo tendrán“.

Este acto de fe implica que las cosas cambiaron a tu favor y Dios puso en marcha el milagro justo en el momento en que se hizo la oración, no una semana o un mes después.

1.1. Dejar de Rogar y Empezar a Agradecer

Un problema común es pedir a Dios lo mismo una y otra vez. Esto no demuestra confianza en Él. Si el creyente cree que ya recibió la respuesta, debe pasar de rogar a agradecer. En lugar de orar “Dios, por favor sáname”, el creyente debe decir: “Señor recibo mi sanidad ahora mismo“.

Si recibiste la bendición por fe, no tienes que seguir pidiéndola. Una vez que crees que ya sucedió, puedes descansar sabiendo que ya está hecho. Este reposo quita la presión y el estrés de la vida.

2. La Importancia del Reino Invisible

La fe es crucial porque el recibimiento ocurre primero en el reino invisible (en el espíritu). No debes guiarte por lo que ves o sientes, sino por la convicción de tu fe.

  • Sanidad: Si te enfrentas a una enfermedad, no importa si no te sientes diferente o si el reporte médico no ha mejorado; tu reporte debe ser: “estoy curado, tengo salud“. Tienes que ser sanado en tu espíritu antes de ser sanado en tu cuerpo.
  • Prosperidad y Avance: Debes ser próspero en tu espíritu antes de ser próspero en lo natural. Si siempre esperas que el avance sea “en tu futuro”, entonces no lo has recibido en tu espíritu.

El ejemplo de la higuera demuestra este principio. Cuando Jesús le habló al árbol, nada en el exterior parecía diferente; sin embargo, en el reino invisible, las raíces empezaron a marchitarse. La manifestación visible (el árbol seco) se dio a la mañana siguiente. De igual manera, las cadenas se están rompiendo, los malos hábitos están soltándose, y las fortalezas están cayendo en el reino invisible.

3. Manteniendo la Fe Inquebrantable

Cuando no se ven cambios (como la higuera que seguía verde), es cuando se necesita la fe.

3.1. Establecer una Fecha de Recibo

Cuando se pide algo significativo, es sabio fijar una fecha. Registrar el momento de la oración sirve como recordatorio de cuándo sucedió el milagro. Si surgen dudas o pensamientos desalentadores, se puede volver a esa fecha y reafirmar: “llegó mi sanidad, llegó mi progreso, llegó el cambio de mi hijo“.

3.2. Combatir la Duda y la Derrota

El enemigo intentará disuadirte de lo que Dios puso en tu espíritu. La prueba es cuando no vemos ningún cambio. El creyente debe tener una mente inquebrantable.

  • Palabras Negativas: No canceles tu oración con palabras negativas. No se puede orar por la victoria y luego hablar de derrota. Cuando recibes por fe, tu actitud debe ser: “ya está hecho, las cosas han cambiado a mi favor“.
  • Doble Ánimo: Santiago afirma que una mente que duda es inestable como una ola de mar, y las personas de doble ánimo (vacilando entre dos opiniones) no deben esperar recibir nada de Dios. Debes dejar de vacilar y determinar tu mente.
  • Alimentar la Fe: Hay que matar de hambre las dudas y alimentar la fe. Cuando llegan pensamientos negativos, debemos declararnos sanos, bendecidos, ungidos y victoriosos.

4. Confianza en el Dios Todopoderoso

La fe debe ser puesta en Dios (El Shadai, Jehová Airé, Jehová Rafa) y no en las circunstancias, el jefe, el banquero, los padres o el médico. Nuestro Dios es todopoderoso; Él creó mundos, dividió el Mar Rojo y resucitó a Lázaro.

La confianza en Dios nos da la certeza de que él nos dará todo lo que le pidamos si pedimos conforme a Su voluntad. La voluntad de Dios se encuentra en Su palabra, donde se promete: prosperidad, salud, ser coronado de favor, y que los hijos serán poderosos en la tierra.

Cuando pedimos que nuestros hijos sean poderosos, debemos recibirlo por fe: “Señor gracias porque mis hijos son poderosos en la tierra“.

El toque del favor de Dios puede catapultarte hacia adelante, liberarte de adicciones, sanarte del cáncer, y llevarte de la escasez a la abundancia. Es solo cuestión de tiempo para que el avance, la sanidad y la victoria que ya se recibieron en el espíritu se hagan visibles.

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