El amor incomparable de Dios
El mensaje “El amor incomparable de Dios” del Dr. Charles Stanley, presentado por Ministerios En Contacto, profundiza en el regalo más grande que Dios ofrece a la humanidad: Su amor. Stanley explica que a menudo este amor es difícil de recibir porque los seres humanos sienten que no lo merecen —lo cual es cierto— y, más importante, porque no logran entenderlo ni armonizarlo con su propia idea de amor condicional.
El Dr. Stanley utiliza 1 Juan 4 como base para explorar la naturaleza de este amor divino e infinito, enfatizando que “Dios es amor”. El que permanece en el amor, permanece en Dios. El propósito del mensaje es ayudar a los creyentes a comprender la calidad del amor que Dios les tiene y cómo Dios lo expresa.
La Naturaleza Absoluta del Amor de Dios
Para trabajar con este concepto infinito, Stanley define el amor, en este contexto, como “un compromiso con la satisfacción, la seguridad y el crecimiento de la persona que amamos”. El amor de Dios hacia nosotros es inmutable.
El Dr. Stanley describe las características del amor de Dios, contrastándolo con la naturaleza imperfecta y cambiante del amor humano:
1. El Amor de Dios es un Regalo (No Merecido)
El amor de Dios por usted y por mí es un don perfecto que desciende del Padre de las luces. Al ser un regalo, no se puede hacer nada para merecerlo. Stanley advierte que si un creyente intenta pagar por el amor o establecer condiciones para recibirlo, lo distorsiona, negándose a aceptar el amor incondicional que Dios ofrece. Un regalo no tiene letra menuda ni condición.
2. El Amor de Dios es Perfecto
Así como todos los atributos de Dios (poder, belleza, conocimiento) son perfectamente alcanzados sin posibilidad de mejora, Su amor es igualmente perfecto. Es el único tipo de amor que Dios sabe expresar. Este amor perfecto siempre tratará al creyente con toda perfección y será para su beneficio.
3. El Amor de Dios es Eterno e Incesante
Dios ama con un “amor eterno”, como se declara en Jeremías 31:3. Esto significa que es continuo, ininterrumpido y no hay absolutamente nada que pueda interferir con Su amor. La gente no debe preocuparse de que Dios pueda dejar de amarla. A diferencia del amor humano que puede cesar si dejamos de complacer a la otra persona, el amor de Dios no tiene “pero, ni cláusula, ni si, ni por qué”. Es una cualidad absoluta de Su naturaleza.
El Apóstol Pablo confirma esta naturaleza en Romanos 8, al afirmar que “ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús”. El amor de Dios comenzó antes de que naciéramos y no puede ser aumentado ni impedido por nuestra conversación, carácter, conducta, o comportamiento.
4. El Amor de Dios es Incondicional
El amor de Dios no está sujeto a condiciones. Es un error humano creer que deben existir condiciones para el favor, la seguridad o la bondad de Dios. El amor de Dios no encaja ni funciona con obras, conducta, o méritos. En cambio, solo encaja con nuestra disposición de entender que es la naturaleza de Dios amarnos.
5. El Amor de Dios es Sacrificial (Amor Ágape)
El amor de Dios es descrito como amor ágape, es decir, amor sacrificial. Este amor le costó algo. El ejemplo supremo es Juan 3:16, donde Dios dio a Su Hijo unigénito Jesús como pago del pecado en la cruz para poder expresarnos Su amor. El amor sacrificial implica “dejaré de lado mis deseos y todo lo que quiero para suplir tu necesidad”.
6. El Amor de Dios es Inmensurable e Infinito
El amor de Dios sobrepasa todo conocimiento. Efesios 3 insta a los creyentes a comprender “la anchura, la longitud, la profundidad y la altura” del amor de Cristo, reconociendo que “excede a todo conocimiento”. Este amor inmensurable, inagotable e infinito de Dios no se puede medir, sino que solo se puede comprender al mirar la Cruz. Es tan ancho que abarca todo el mundo, tan alto que desciende del cielo, y tan extenso que alcanza el punto más lejano del universo.
La Expresión del Amor de Dios en Nuestra Vida
Stanley explica que Dios expresa Su amor a través de acciones concretas en la vida del creyente:
- La Libertad de Elegir: La caída del hombre en el Edén fue posible porque Dios, en Su amor, le dio al hombre la libertad de decir que no, incluso a Él. Dios no quiere robots, sino alguien que lo ame libremente. Esta libertad, aunque trae dolor y adversidad, es una expresión de Su amor, permitiendo el crecimiento hacia la semejanza de Su Hijo.
- El Perdón de Pecados (La Cruz): La cumbre y el cenit de la expresión del amor de Dios es la Cruz de Cristo. Al enviar a Su Hijo unigénito, Dios hizo lo que era imposible para nosotros.
- La Presencia del Espíritu Santo: Dios no solo perdonó el pecado, sino que envió al Espíritu Santo para vivir en el creyente. El Espíritu actúa como “otro como yo” (allos), proveyendo dirección, consejo y ministerios, lo cual es una expresión del amor de Dios para que el creyente pueda ser la persona y hacer la obra que Dios quiere.
- Hacer que “Todas las Cosas Ayuden a Bien”: Romanos 8:28 afirma que “todas las cosas les ayudan a bien a todos aquellos que somos sus hijos”. Esta es una de las expresiones más prácticas del amor, asegurando que cada circunstancia, desde que uno se despierta, será ajustada y obrada por Dios para el bien del creyente, aunque no lo parezca inmediatamente.
- La Preparación del Cielo: Dios, como expresión de Su amor, está preparando un lugar perfecto para Sus hijos, prometiendo: “Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.
- Su Presencia Ininterrumpida: La expresión más maravillosa del amor de Dios es Su promesa de que “Yo nunca, jamás te dejaré ni desampararé”. Esta promesa significa que, sin importar la situación (hospital, prisión, asilo, frustración), Dios siempre está allí, brindando todo el amor que puede manifestar.