El poder del amor

Este es un resumen y reescritura del mensaje de audio “El poder del amor” del Dr. Charles Stanley, adaptado para enfatizar los conceptos clave de la enseñanza bíblica y las frases más relevantes, lo cual es útil para la optimización en español.

El mensaje “El poder del amor”, presentado por el Dr. Charles Stanley de Ministerios En Contacto, explora la asombrosa y poderosa fuerza del amor. El Dr. Stanley pregunta si la motivación más fuerte en la vida de una persona es el miedo, la codicia, o la lujuria, o si es la fe o el amor. La obediencia genuina a Dios, por ejemplo, debería ser el resultado del amor, no del temor.

Este mensaje se centra en 1 Corintios, capítulo 13, universalmente conocido como el “capítulo del amor“.

La Preeminencia del Amor de Dios

El apóstol Pablo subraya que el amor es preeminente sobre todo lo demás. Según el Dr. Stanley, el amor es más importante a los ojos de Dios que:

• Nuestra capacidad de comunicarnos.
• Nuestro conocimiento bíblico y nuestra comprensión de la Palabra de Dios.
• La fe capaz de alcanzar grandes metas.
• La generosidad y el dar a los necesitados.
• El máximo sacrificio, incluso la ofrenda de nuestra propia vida.

El amor no es solo una respuesta a cómo somos tratados; es una decisión y una acción. Los creyentes que conocen a Jesucristo como Salvador tienen acceso a un recurso inagotable e infinito del amor de Dios, lo que les da una capacidad de amar sobrenatural. Este amor interno es la fuente de gozo y felicidad, independientemente de las circunstancias externas.

El amor de Dios nos empodera para vivir sin ira, amargura, resentimiento, hostilidad, o rencor.

Las Manifestaciones del Amor Verdadero (Amor Ágape)

Para que el amor fluya, es necesario olvidarse de uno mismo y rendir el ego. El Dr. Stanley detalla cómo el amor ágape se manifiesta en la vida diaria, tal como se describe en 1 Corintios 13:

1. Paciencia y Bondad

• El amor es sufrido: Esto significa que el amor nos permite esperar el tiempo de Dios y Sus propósitos, incluso cuando hay frustración. El amor genuino (amor ágape), a diferencia del amor eros, siempre busca lo mejor para la otra persona.
• El amor es benigno: Nos da la capacidad de expresar bondad y ser amables con otros, sin importar si ellos son amables o si nos critican y abusan. La bondad conlleva la idea de sanidad, levantando a aquellos que están desanimados o desesperados.

2. Humildad y Cortesía

• El amor no tiene envidia, no es jactancioso, ni se envanece: La envidia se basa en el miedo. El amor genuino va más allá del ego y de lo que se va a recibir. El amor tiene un sentido de humildad inherente y es sereno, capaz de permanecer tranquilo por dentro sin importar lo que pase en el exterior.
• El amor es cortés (No hace nada indebido): El amor nos habilita a ser educados y cuidadosos en todo momento y con todas las personas, tanto en público como en privado.

3. Rendición de Derechos y Perdón

• El amor no busca lo suyo (Rinde sus derechos): Mientras que el mundo vive demandando sus derechos, el amor cristiano rinde sus derechos. El creyente debe interesarse en amar a la persona y permitir que el amor de Dios fluya, en lugar de defenderse a sí mismo o sus derechos.
• El amor no se irrita: Nos habilita a tener un espíritu sereno, incluso ante la provocación. La susceptibilidad y la fragilidad provienen del ensimismamiento (“a mí, a mí, a mí”). El amor nos permite salir de lo natural y no ser perturbados por la crítica.
• El amor no toma en cuenta el mal recibido: El Dr. Stanley identifica el guardar rencor como uno de los principales problemas en las relaciones. El amor nos empodera para perdonar, sin llevar las cuentas de las ofensas pasadas. Un espíritu rencoroso es un espíritu cautivo y encarcelado que vive con un veneno interno. El creyente no tiene derecho a no perdonar, ya que Dios nos ha perdonado completamente.
• Se goza de la verdad (No se goza de la injusticia): El amor odia el mal y la injusticia que produce el pecado, pero no aborrece al que comete la injusticia. Dios ama a toda persona existente por igual.

La Libertad Final del Amor

El amor nunca deja de ser; no tiene fin. El amor nunca falla. Si nuestra respuesta a la adversidad, la prueba o el abuso es siempre el amor, aún seguimos siendo libres. El amor impide que seamos encarcelados por la amargura, el resentimiento y la hostilidad.

La capacidad de tener esta libertad comienza cuando la persona pone su fe en Cristo como su Salvador personal, creyendo que Él expió su pecado en la cruz. Cuando el Espíritu de Dios entra a morar, el amor de Dios comienza a fluir, permitiendo que el creyente “ande en la libertad que sólo el amor puede brindar“. El creyente está llamado a ser una fuente ambulante de amor.