¿POR QUÉ LAS MUJERES ELEGIDAS DE DIOS ATRAEN TANTA ENVIDIA?

• ¿Por qué las mujeres elegidas por Dios despiertan tanta envidia? Desde tiempos antiguos, aquellas marcadas por un propósito divino han sido objeto de miradas llenas de celos, críticas injustas y aislamiento. La razón, su luz revela lo que otros prefieren ocultar. En Génesis 37:11 leemos, “Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre meditaba en todo esto.
• ” Un versículo que refleja cómo la envidia surge cuando Dios hace evidente su elección en la vida de alguien. Hoy exploraremos esta realidad espiritual, entendiendo por qué la gracia y el favor sobre las mujeres escogidas provocan incomodidad en quienes no comprenden su llamado. Te mostraremos cómo identificar los rasgos de una mujer elegida y revelaremos las razones profundas detrás de la oposición que enfrenta.
• ¿Estás lista para entender lo que Dios tiene reservado para ti? Desde los primeros relatos bíblicos vemos como la presencia del favor de Dios en una persona puede encender los corazones de otros con una mezcla de confusión, sospecha y muchas veces envidia. Esta reacción no es nueva, es tan antigua como la historia de José, cuyas túnicas de colores no solo simbolizaban el amor especial de su padre, sino también el sello del propósito divino que lo cubría.
• En Génesis 37:4 se nos dice, “Cuando sus hermanos vieron que su padre lo amaba más que a todos ellos, lo aborrecieron y no podían hablarle pacíficamente. Aquella distinción, aquella gracia sobre su vida se convirtió en el motivo por el cual sus propios hermanos lo vendieron como esclavo.
• ” De la misma manera, hoy muchas mujeres que han sido elegidas por Dios caminan por la vida rodeadas de miradas que no comprenden, críticas que no han sido provocadas y rechazos que no saben explicar. Y lo que ocurre en lo invisible es exactamente lo que vivió José. Su favor generó resistencia.
• Lo que muchas no logran ver en esos momentos es que ese rechazo no es producto de algo que hayan hecho mal. Al contrario, muchas veces es la confirmación de que están caminando bajo la mirada especial de Dios. El favor visible que las rodea se convierte en una amenaza para los corazones no alineados con el cielo. No porque la mujer elegida se jacte, no porque ande proclamando su llamado, sino porque su sola existencia, sus decisiones, su fe, su paz, su manera de levantarse después de cada caída, empieza a evidenciar la falta de dirección o la desconexión espiritual en quienes la rodean. Y esa evidencia
• incomoda. Esa luz sin proponérselo, expone. Es difícil comprender por qué alguien puede despertar rechazo simplemente por caminar con integridad, pero así sucede. Una mujer que ha sido marcada por Dios, aún en sus días más comunes, emite una diferencia. No se trata de vanidad ni de superioridad, se trata de una presencia.
• Es como Moisés descendiendo del monte, cuyo rostro resplandecía después de estar con Dios. Éxodo 34:29 dice, “Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí, ¿no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía después que hubo hablado con Dios? Esa luz no fue buscada, fue resultado del encuentro.” Y esa es la clave.
• La envidia no se despierta por lo que una mujer pretende, sino por lo que irradia sin siquiera darse cuenta. Algunas sienten este rechazo desde pequeñas, desde la escuela, cuando su manera de pensar no encajaba del todo con los demás, cuando preferían estar en silencio observando en lugar de ser parte del bullicio, cuando sus ideas eran diferentes, más profundas, y no encontraban un lugar donde ser comprendidas.